Linchamientos y autodefensas crecen por violencia en México
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Los ataques de grupos de autodefensa y turbas que hacen justicia por mano propia han aumentado en México esta semana a medida que la violencia crece y decenas de cadáveres han aparecido en las calles. Mientras, el gobierno descarta emprender una guerra contra las organizaciones criminales.
Las autoridades en el estado de Sinaloa, en el noroeste del país, dijeron el viernes que en días recientes cinco hombres jóvenes fueron asesinados y en todos los casos les dejaron colocados encima carros de juguete. Los hombres al parecer eran ladrones de coches y los juguetes eran una advertencia a otros delincuentes.
El asesinato así más reciente ocurrió el miércoles. Los fiscales dijeron que la víctima fue captada en una cámara de seguridad robando una camioneta pickup a punta de pistola a una mujer fuera de su casa en Culiacán, capital de Sinaloa.
También el miércoles, siete presuntos sospechosos fueron asesinados en el mayor linchamiento masivo que se recuerde en el estado de Puebla, en el centro de México. Algunos fueron golpeados y otros quemados.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) dijo que 43 personas han muerto y 173 han resultado heridas en linchamientos en lo que va del año. La cifra superó al récord que se alcanzó en 2018. “La justicia por propia mano no es justicia, sino barbarie”, dijo la CNDH.
Los grupos de autodefensa argumentan que deben intervenir porque las autoridades no tienen mano dura contra los narcotraficantes y otras organizaciones ilícitas, que se han vuelto más descaradas y están regresando a las espeluznantes ejecuciones masivas que ocurrieron en México en la llamada guerra contra las drogas de 2006-2012.
El jueves, el cártel de Jalisco _notorio por su violencia_ mató a 19 personas cuyos cadáveres, algunos desmembrados, fueron dejados colgando de un paso vehicular y otros abandonados en caminos en el estado occidental de Michoacán. En varias partes del estado de Veracruz, en la costa del Golfo, fueron hallados en bolsas de basura nueve cuerpos desmembrados.
Fue en Michoacán en 2006 donde comenzó la más reciente ofensiva contra los grupos de la delincuencia organizada. Fue en este mismo estado donde inició el mayor movimiento de autodefensa en 2013, cuando campesinos y granjeros se levantaron en armas para expulsar al cártel de los Caballeros Templarios con ayuda del ejército y la policía.
Hipólito Mora, uno de los fundadores de los grupos de autodefensa en Michoacán, dijo que este tipo de tácticas parecen funcionar poco contra la violencia y los cárteles fuertemente armados.
Las autoridades deben “darles más facultades a las fuerzas armadas, no frenarlos, no dejar que crezca el crimen organizado... Por eso precisamente está creciendo la delincuencia” porque los delincuentes creen que pueden hacer lo que quieran, agregó Mora, quien desde hace tiempo ya regresó a trabajar a sus huertos de limón, pero todavía conserva las armas que utilizaba para defensa propia.
Sin embargo, el viernes, un día después de que 23 cadáveres fueron hallados tirados en caminos, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que no declarará una guerra contra la delincuencia organizada como lo hizo el entonces mandatario Felipe Calderón en 2006, cuando envió soldados a Michoacán. Más de 100.000 homicidios ocurrieron en los años que siguieron.
“No vamos a caer en la trampa de declarar la guerra como lo hicieron en otros tiempos, que fue lo que nos llevó a esta situación de inseguridad y de violencia”, declaró Obrador. “Nosotros vamos a seguir atendiendo las causas que originen la violencia”, agregó el mandatario, quien añadió que “la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia, y puede llevarnos tiempo”.