Grupo de derechos denuncia “guerra” en frontera colombiana
BOGOTÁ (AP) — Grupos armados ilegales han obligado a unas 40.000 personas a huir de sus hogares, en una lucha por controlar las rutas del narcotráfico en la región colombiana de Catatumbo, que hace frontera con Venezuela, según dijo el jueves Human Rights Watch.
El grupo internacional de derechos publicó un reporte de 64 páginas sobre abusos de grupos armados cometidos contra civiles en la zona montañosa. La situación refleja los considerables desafíos de seguridad que afronta Colombia después de que el gobierno firmara un acuerdo de paz en 2016 con la guerrilla de las FARC, lo que dejó un vacío ocupado ahora por grupos armados más pequeños que se han instalado en Catatumbo y otras zonas remotas, desencadenando una nueva oleada de violencia impulsada por el narcotráfico.
Tres grupos armados combaten por las rutas de la droga y las plantaciones de coca abandonadas por los rebeldes de las FARC en la región, según el informe, titulado “La Guerra en el Catatumbo”. Se trata del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Popular de Liberación (EPL) y un pequeño contingente de excombatientes de las FARC.
Estos grupos han expulsado de sus hogares a miles de habitantes de zonas rurales, asesinado a líderes comunitarios y reclutado de forma forzosa a menores, añadió el reporte, que también incluye entrevistas con niños obligados a cosechar hojas de coca, la materia prima para fabricar cocaína.
“El acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) constituye una oportunidad histórica para frenar los graves abusos y las atrocidades asociadas con décadas de conflicto armado”, indicó HRW en la introducción a su informe.
“Sin embargo, la falta de control pleno y efectivo por parte del gobierno en algunas áreas que dominaban las FARC ha contribuido a que continúen la violencia y los abusos contra civiles”.
Catatumbo tiene el tamaño aproximado de Rhode Island. Linda con Venezuela y en 2017 produjo en torno al 15% de la cocaína colombiana, según cifras de Naciones Unidas. Los traficantes de droga utilizan la región como base para exportar cocaína.
La respuesta del gobierno colombiano, afirmó la ONG, “no cumple con las obligaciones internacionales” de proteger a los civiles en la zona, incluidos unos 25.000 inmigrantes venezolanos. Inmigrantes que huyeron de las penurias económicas en Venezuela se han visto forzados a ejercer trabajo sexual en Catatumbo y cosechan hojas de coca en un intento desesperado de alimentar a sus familias, según la organización.
El año pasado se registraron en la región 231 homicidios, el doble que antes del acuerdo de paz con las FARC. Solo dos miembros de grupos armados han sido condenados por asesinatos en Catatumbo en los últimos tres años.
“Mientras los grupos armados se disputan el vacío que dejaron las FARC en el Catatumbo, cientos de civiles han quedado en el medio de un conflicto brutal”, indicó José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW.
Human Rights Watch pidió al gobierno colombiano que aumente el número de investigadores que trabajan en casos de desplazamientos forzados, asesinatos y desapariciones en la región. También instó a Bogotá a asegurarse de que los inmigrantes venezolanos regularizan su situación para que puedan encontrar trabajo en zonas más seguras del país.