Equipos especiales evalúan los riesgos en escuelas de EEUU
Surgieron muchas preguntas después de que Ely Serna, de 17 años, llevó una escopeta a su escuela de Ohio y empezó a disparar en el 2017, hiriendo a dos personas.
Además del por qué, el subdirector de la West Liberty-Salem High School Andy McGill se preguntaba si había ignorado alguna pista.
“Jamás me hubiera imaginado que esa persona sería capaz de esto”, expresó.
Lo que se pregunta todo el mundo ahora es cómo prevenir este tipo de incidentes. Escuelas como la de McGill han estado formando equipos para evaluar los peligros que pueden representar estudiantes que podrían ser proclives a la violencia, como otro joven de Ohio, Connor Betts, que armó una “lista de objetivos” hace varios años en la secundaria y el fin de semana pasado mató a nueve personas en Dayton.
En el año escolar del 2017-2018, el 43,7% de las escuelas públicas tuvieron equipos de evaluación de riesgos y el 49,3% contó con métodos para reportar amenazas en forma anónima, de acuerdo con el Departamento de Educación. En esas estadísticas se tomaron en cuenta las preocupaciones expresadas por otros estudiantes, por miembros de la comunidad escolar e incluso por gente de afuera, usando líneas telefónicas especiales para plantear sus inquietudes.
“Atan cabos y analizan este rompecabezas”, dijo Mac Hardy, director de operaciones de la Asociación Nacional de Funcionarios de Recursos Escolares.
“Un consejero de la escuela entrevista a los padres. ¿Hay armas en la casa? ¿Dónde las guardan?”, dijo Hardy. “Hay una lista de preguntas. Los profesores también tienen una lista de preguntas que responden por escrito. Obtienes mucha información cuando haces las cosas bien”.
El abogado de Serna atribuyó sus acciones a trastornos mentales. Dijo que pensaba que obedecía órdenes de una deidad.
A pesar de que todo el mundo coincide en que este enfoque es beneficioso, las autoridades escolares dicen que están limitadas por las leyes sobre la privacidad, la falta de recursos y restricciones a lo que pueden compartir cuando un estudiante se va de la escuela.
Betts fue suspendido por armar una “lista de objetivos” y una “lista de violaciones” en su primer año en la Bellbrook High School, según dijeron antiguos compañeros suyos que hablaron con la Associated Press a condición de no ser identificados por temor a ser hostigados. Las autoridades escolares de Bellbrook-Sugarcreek se negaron a dar información sobre Betts esgrimiendo razones legales.
Se recomienda a las escuelas que armen equipos de evaluación de riesgos que incluyan al menos un funcionario de la escuela, un experto en trastornos mentales y un representante de la policía.
En las escuelas de Hilliard City, Ohio, se usa una red de estudiantes que han sido entrenados, según el superintendente John Marschhausen. Tras el arresto de John Staley, de la Hilliard Davidson High School, en el 2016 por planear un ataque en su escuela, el distrito comenzó a pedir evaluaciones mentales para permitir que los estudiantes que han tenido comportamientos problemáticos puedan volver a clases.
Marschhausen dijo que el distrito hace todo lo que puede por ayudar a los estudiantes, pero que las leyes sobre privacidad complican las cosas cuando salen de la escuela.
“Esto no es algo que se resuelve de un momento a otro. No te curas si se toman medidas”, afirmó Marschhausen.
Las escuelas se sienten empujadas a crear sistemas de evaluación de amenazas porque hay leyes y fallos judiciales que las consideran responsables si surgen incidentes de violencia, señaló Stephen Brock, profesor del programa de Psicología Escolar en la Universidad Estatal de California que funciona en Sacramento.
Los estudiantes que tienen comportamientos amenazantes deben sufrir las consecuencias, pero toda intervención disciplinaria debe ir acompañada de una intervención para abordar las causas de esos comportamientos, de acuerdo con Brock.
Las leyes que protegen la confidencialidad impiden difundir estadísticas sobre los casos en los que una intervención temprana evitó incidentes graves, pero Brock dice que la cifra es mayor que la de tragedias.
La superintendente de las escuelas del condado de Alexander, en Carolina del Norte, Jennifer Hefner, dijo que este año las escuelas tendrán por primera vez equipos de evaluación de riesgos con representantes del centro educativo, de la policía, consejeros y trabajadores sociales, entre otros.
“Estamos listos para poner a funcionar el equipo, aunque esperamos que no suceda nada”, dijo Hefner.
McGill dijo que cuanto más sepan las secuelas sobre la salud mental de sus estudiantes, mejor preparadas estarán para formar adultos responsables. “Es algo que estamos tratando de descifrar. Pero tenemos que hacerlo más rápido”, comentó.
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Los reporteros de la Associated Press Michael Melia (Hartford, Connecticut), Julie Carr Smyth (Dayton, Ohio) y Michael Biesecker (Washington) colaboraron en este despacho. Waggoner informó desde Raleigh (Carolina del Norte) y Thompson desde Buffalo (Nueva York).