Bolton amenaza a quienes violen sanciones a Venezuela
CARACAS (AP) — El asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, presionó el martes por medidas radicales contra el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, y advirtió a los gobiernos y empresas extranjeras que podrían enfrentar represalias si continúan haciendo negocios con el gobierno venezolano.
Los comentarios de Bolton se produjeron luego de que la Casa Blanca congeló el lunes todos los activos del gobierno venezolano en Estados Unidos, colocando al país en una lista que incluye a Cuba, Corea del Norte e Irán, los cuales han sido objeto de ese tipo de agresivas sanciones financieras.
“Ahora Venezuela es miembro de este club exclusivo de naciones hostiles”, dijo Bolton en Lima, durante el primer día de una conferencia de medio centenar de naciones alineadas contra Maduro.
La medida, que prohíbe a empresas e individuos hacer negocios con el gobierno de Maduro y sus allegados más cercanos, entró en vigor el lunes. Es la primera de su tipo en el hemisferio occidental en más de tres décadas, luego de que se le congelaran activos al gobierno del general Manuel Noriega en Panamá y de un embargo comercial al liderazgo sandinista en Nicaragua durante la década de 1980.
“Enviamos un mensaje a terceros que quieran hacer negocios con el régimen de Maduro: procedan con extrema cautela”, dijo Bolton. “No tienen por qué arriesgar sus intereses comerciales con Estados Unidos por beneficiarse de un régimen corrupto y agonizante”.
Aunque el decreto no es un embargo comercial absoluto, y evita al sector privado venezolano, representa la acción más dura de Estados Unidos para destronar a Maduro desde que el gobierno de Trump reconoció al líder opositor Juan Guaidó como el presidente legítimo de Venezuela en enero.
De manera trascendental, también expone a las entidades extranjeras que hagan negocios con el gobierno de Maduro a las llamadas sanciones secundarias en Estados Unidos, un hecho que el gobierno socialista venezolano no ha pasado por alto mientras trata de obtener respaldo al interior del país y en el extranjero.
Estados Unidos busca "amedrentar a países aliados, a proveedores" del gobierno venezolano, dijo la vicepresidenta Delcy Rodríguez en un comunicado desde Caracas. "Ningún país está a salvo. Todos están sujetos a este tipo de agresión y de guerra no convencional", sostuvo.
Acompañada por el ministro de Defensa Vladimir Padrino, a quien Estados Unidos ha tratado persuadir para que traicione a Maduro, Rodríguez señaló que las sanciones sólo traerían más penurias al pueblo venezolano sin debilitar la revolución socialista.
También señaló que Washington trata de afectar el proceso de diálogo que se lleva a cabo en Barbados con la oposición, y con el cual se trata de resolver la crisis política y económica del país.
Un alto funcionario del gobierno de Trump dijo que el momento en que se anunciaron las sanciones refleja la postura estadounidense de que esas negociaciones, que comenzaron en mayo y son patrocinadas por Noruega, no van a ningún lado y son utilizadas por el gobierno de Maduro para comprar tiempo. El funcionario habló bajo condición de anonimato debido a que no estaba autorizado para comentar al respecto.
El decreto de Trump justificó la decisión en la “prolongada usurpación del poder” por parte de Maduro y en los abusos a los derechos humanos por las fuerzas que le son leales.
Los simpatizantes de Maduro en el extranjero criticaron férreamente la acción.
Konstantin Kosachev, jefe de la comisión de asuntos internacionales de la cámara alta del Parlamento ruso, acusó a Estados Unidos de “vandalismo internacional”. En tanto, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel expresó su solidaridad con Maduro y los venezolanos, y acusó a Washington de un “ensañamiento brutal” a través de un “bloqueo” que no debemos permitir.
Pero incluso algunos aliados de Estados Unidos podrían verse afectados por la maniobra, que Bolton reconoció ha sido utilizada sólo con moderación en el último medio siglo.
Varios países europeos, desde España con su petrolera Repsol, hasta Francia con la aerolínea Air France, siguen teniendo operaciones en Venezuela y podrían ver confiscados sus activos en Estados Unidos a menos que corten relaciones con el gobierno de Maduro. La India y China son los principales compradores del crudo de la petrolera estatal venezolana PDVSA. Todas las compañías dependen de Estados Unidos para procesar los pagos financieros.
En abril pasado, la Unión Europea y Canadá se unieron a las críticas contra la decisión de Estados Unidos de retirar una prohibición de dos décadas sobre demandas contra empresas extranjeras que operen en propiedades que Cuba confiscó a estadounidenses tras la revolución que encabezó Fidel Castro en 1959.
El impacto de las sanciones en la vida real de los venezolanos es algo que está por verse. La moribunda economía ha sufrido años de una inflación de seis dígitos, apagones generalizados y de una profunda contracción que supera la que sufrió Estados Unidos durante la Gran Depresión.
Sanciones anteriores contra la industria petrolera de Venezuela, la que genera casi todas las divisas por exportaciones del país, han acelerado una caída drástica en la producción de crudo, la cual comenzó con la elección de Maduro en 2013 tras la muerte de su mentor Hugo Chávez.
Más de 100 funcionarios y personas allegadas al gobierno han visto congelados sus activos en Estados Unidos y se les prohibió negociar con estadounidenses. Como parte del nuevo decreto, los estadounidenses o compañías del país que hagan negocios con esos individuos enfrentarán represalias. Los que respalden a Maduro tampoco podrán ingresar a Estados Unidos.
Se harán excepciones en los casos de envío de alimentos, medicinas y ropa. Las transacciones con el sector privado de Venezuela también eludieron las sanciones, aunque es posible que incluso las transacciones legítimas resulten afectadas debido a que Estados Unidos, las compañías y bancos extranjeros muestran un exceso de precaución.
“La verdad es que ninguna institución financiera quiere chocar con el Departamento del Tesoro”, comentó Geoff Ramsey, investigador de la Oficina de Washington sobre América Latina, y exhortó a Estados Unidos a respaldar las negociaciones patrocinadas por Noruega en lugar de imponer sanciones.
No quedó claro cómo el decreto afectaría a la petrolera estadounidense Chevron, que el mes pasado recibió una moratoria de tres meses del Departamento del Tesoro para continuar con sus perforaciones petroleras con PDVSA.
Guaidó celebró la noticia, señalando que protegería a la petrolera con sede en Houston CITGO _el activo venezolano de mayor valor en el extranjero_ de los intentos de Maduro de hipotecar sus activos.
“Toda persona, compañía, institución o nación que pretenda hacer negocios con el régimen estará, para efectos de la justicia internacional, colaborando y sosteniendo a una dictadura y será sujeto de sanción y cómplice de crímenes que no prescriben”, afirmó en una serie de tuits el lunes.
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Goodman informó desde Bogotá, Colombia. Los periodistas de The Associated Press Franklin Briceño en Lima, Perú, y Deb Riechmann en Washington contribuyeron a este despacho.