Mexicanos lamentan aparente crimen de odio en El Paso
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Muchas personas en México estaban impactadas el domingo ante las revelaciones de que la masacre de 20 personas en la localidad fronteriza de El Paso estaba dirigida contra los hispanos, en especial los mexicanos.
El secretario de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard describió el tiroteo del sábado en Texas como “un acto de terrorismo” contra los mexicanos y exhortó al gobierno de Estados Unidos a “que fije una posición clara y contundente contra los crímenes de odio”.
Seis mexicanos fueron asesinados y otros siete resultaron heridos entre las docenas de lesionados, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador el domingo.
“México está indignado”, declaró el funcionario al describir los hechos como un “acto de barbarie”.
Minutos antes de la masacre, investigadores federales estadounidenses creen que el perpetrador publicó un manifiesto en internet en el que criticaba una supuesta “invasión” de hispanos hacia Estados Unidos. Aparentemente, procedió a abrir fuego en un centro comercial de El Paso ubicado a unos 8 kilómetros (5 millas) del principal cruce fronterizo con Ciudad Juárez, México.
Decenas de miles de mexicanos cruzan legalmente la frontera a diario para ir a trabajar o de comprar a la ciudad de 680.000 habitantes. Más del 80% de la población del condado de El Paso es de origen latino, según datos del censo más reciente.
Las víctimas mexicanas fueron identificadas como Sara Esther Regalado, de Ciudad Juárez; Adolfo Cerros Hernández, de la ciudad de Aguascalientes; Jorge Calvillo García, de Torreón, Coahuila; Elsa Mendoza de la Mora, de Yepomera, Chihuahua; Gloria Irma Márquez, de Ciudad Juárez; y María Eugenia Legarreta Rothe, de la ciudad de Chihuahua.
Otras víctimas podrían tener ascendencia mexicana, mientras que un hombre que viajó a El Paso desde México para comprar útiles escolares para su hija es uno de los heridos de gravedad.
Conforme la noticia acaparaba los titulares del fin de semana, algunos dijeron que es el resultado natural del latente resentimiento que el presidente Donald Trump inyectó desde el inicio de su campaña presidencial, cuando llamó a los mexicanos “violadores” y criminales. La relación entre Estados Unidos y México se deterioró aún más una vez que asumió el mandato y prometió la construcción de un muro fronterizo e imponer aranceles a las importaciones procedentes de México.
El domingo, López Obrador cuidó sus palabras al hablar del tiroteo.
"A pesar del dolor, de la indignación" que sienten los mexicanos, dijo, Estados Unidos se encamina rumbo a las elecciones y México no quiere interferir en los “asuntos internos” de otros países. También dijo que lo ocurrido en Texas reafirmó su convicción de que “no deben de enfrentarse los problemas sociales con el uso de la fuerza y con la incitación al odio”.
El expresidente Felipe Calderón señaló en Twitter que sin importar si la masacre fue un crimen de odio, Trump “debe parar con su discurso de odio. Debe dejar de estigmatizar a otros”,
Amatza Gutiérrez, estudiante de la capital mexicana, dijo que el solo pensar en que alguien disparó en contra de mexicanos sólo por su raza le causa escalofríos.
"No entiendo porque llegar a este extremo”, dijo la joven de 24 años.
Su amigo Carlos Franco, quien recientemente se graduó de la universidad con un título en comercio internacional, dijo que el tiroteo le quitó las ganas de querer viajar a Estados Unidos.