Los puertorriqueños no saben quién los gobernará el viernes
SAN JUAN (AP) — A menos de 24 horas de que el gobernador Ricardo Rosselló deje el puesto, los puertorriqueños no tienen ni idea de quién lo reemplazará en medio de un caos político que amenaza paralizar la isla con una crisis constitucional.
Rosselló prometió dejar el cargo el viernes a las 5 de la tarde tras enormes protestas callejeras de puertorriqueños indignados por la corrupción, la mala administración y la filtración de un chat lleno de groserías en el que el gobernador y 11 aliados varones se burlaron de mujeres, de homosexuales y de las víctimas del huracán María.
“Es frustrante, estamos en el limbo”, dijo el taxista José Ramos. “El país no tiene rumbo ahora mismo”.
En uno de sus últimos actos, Rosselló nominó al abogado Pedro Pierluisi para ocupar el puesto vacante de secretario de Estado, el siguiente en línea para ascender al puesto de gobernador según la Constitución del territorio estadounidense.
La mayoría de los puertorriqueños consideran que Pierluisi _quien representó a la isla ante el Congreso en Washington_ es una figura conciliadora y poco controversial que probablemente no será recibido con protestas.
“Yo me ofrecí por dar un paso al frente por Puerto Rico en este momento dado por amor a mi patria”, dijo Pierluisi. “Mi única lealtad como gobernador de contar con el aval legislativo va a ser al pueblo de Puerto Rico”.
Se espera que la Cámara de Representantes vote la confirmación de Pierluisi el viernes en la tarde. De ser rechazado, la secretaria de Justicia Wanda Vázquez será gobernadora automáticamente, ya que es la siguiente en la línea de mando, incluso tras haber dicho que el puesto no le interesa.
Algunos legisladores indicaron que votar por Pierluisi en la Cámara de Representantes sería una confirmación y le permitiría asumir la gobernación. Los opositores afirman que también es necesaria la aprobación del Senado, y que demandarían para evitar que sea gobernador sin no recibe dicha aprobación.
"El panorama no puede ser más complejo", dijo el senador José Antonio Vargas Vidot, quien se postuló al Senado como independiente. "Es algo absurdo lo que estamos viviendo. Nunca anticipamos que pasaría algo como esto".
El representante Rafael Hernández, un líder entre los legisladores de la oposición, dijo que votar el viernes a favor de Pierluisi significaría que Vázquez se convertiría en gobernadora a las 5 de la tarde y Pierluisi su secretario de Estado.
Agregó que demandaría para frenar cualquier intento de que Pierluisi se convierta en gobernador, lo que generaría aún más incertidumbre en la isla.
“Estaríamos yendo a los tribunales temprano por el sábado o el viernes por la tarde”, dijo. “Puede pasar cualquier cosa”.
Otro obstáculo para Pierluisi es el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, quien ha anunciado que no votará por el nominado de Rosselló y planea postularse al cargo el año próximo. Varios legisladores han expresado que prefieren a Rivera Schatz sobre Pierluisi, pero el líder del Senado es una figura poderosa de estrechos lazos con la élite política y empresarial de Puerto Rico, y su ascenso a la gobernación podría desatar nuevas protestas.
Rivera Schatz cuestionó fuertemente a sus críticos el jueves por la tarde y anunció que el Senado sostendrá una audiencia sobre Pierluisi el lunes.
“Vamos a darle una oportunidad de que se defienda”, dijo Rivera Schatz. “Yo no creo que a mí me va a convencer”.
Criticó a Pierluisi por ser abogado para una firma que representa a la junta de control federal que supervisa las fianzas de la isla, a la que calificó de ser el “enemigo número uno” de Puerto Rico.
El Partido Nuevo Progresista de Rosselló tiene la mayoría en ambas cámaras del Congreso, lo que significa que un partido unido fácilmente podría nombrar al próximo gobernador.
Muchos legisladores puertorriqueños pronostican que Pierluisi no tiene los votos para ser confirmado.
Sin embargo, el representante Gabriel Rodríguez Aguiló del partido gobernante dijo que una mayoría abrumadora de votantes había llamado para pedir su confirmación.
“Ya las libretas se acabaron”, en referencia a que llamaron tantas personas que a las secretarias que tomaban nota se les acabó el papel.
Tras el júbilo popular por la salida de Rosselló, muchos puertorriqueños han expresado su frustración por la parálisis y las pugnas políticas subsiguientes.
Algunos legisladores se han unido a las quejas de Rivera Schatz sobre la labor de Pierluisi en un despacho legal que representa a la junta federal de control, la cual fue creada para supervisar las finanzas de Puerto Rico antes de que el territorio, abrumado por una deuda pública superior a los 70.000 millones de dólares, se declarara en una especie de bancarrota.
El cuñado de Pierluisi también encabeza la junta de control, cuyas exigencias para aplicar medidas de austeridad derivaron en varios enfrentamientos con Rosselló y otros funcionarios electos.
"Existe un grave conflicto de interés ", dijo el representante José Enrique Meléndez a The Associated Press.
El senador Eduardo Bhatia del opositor Partido Democrático Popular acusó a Rivera Schatz de intentar maniobrar para llegar al puesto principal.
“Esa actitud de Rivera Schatz de coger al país de rehén es bien peligrosa”, tuiteó Bhatia. “O es él o no es nadie es cónsono con lo que ha sido una vida silenciando y destruyendo la democracia”.
Los 3,2 millones de habitantes de Puerto Rico son ciudadanos estadounidenses que no pueden votar para elegir presidente ni tienen un representante electo en el Congreso. Aunque los políticos de la isla son miembros del Partido Demócrata o del Republicano, la principal línea divisoria política está entre el partido de Rosselló a favor de la estadidad y el Partido Popular Democrático, que prefiere una asociación más libre con el gobierno federal. Ambos partidos están conformados por una mezcla de demócratas y republicanos.
Tras la filtración del chat que resultó en la renuncia de Rosselló, más de una decena de funcionarios dimitieron, entre ellos el exsecretario de Estado Luis Rivera Marín.
Pierluisi, quien pidió permiso para ausentarse de su firma, dijo en un comunicado el miércoles que falta mucho trabajo por hacer para recuperar la confianza de las autoridades federales, del Congreso y del pueblo de Puerto Rico, que también batalla para recuperarse del huracán María.
Pierluisi representó a Puerto Rico ante el Congreso entre 2009 y 2017, y perdió en las primarias contra Rosselló en 2016. Previamente fungió como secretario de Justicia durante la gobernación del padre de Rosselló, Pedro Rosselló.