Manifestantes golpeados por policía rusa se envalentonan

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Manifestantes golpeados por policía rusa se envalentonan
En esta fotografía tomada el sábado 27 de julio de 2019, Inga Kudracheva grita mientras su novio Boris Kantorovich yace sobre ella, soportando los golpes de la policía que intenta detenerlo durante una protesta no autorizada en Moscú. (AP Foto/Denis Sinyakov)

MOSCÚ (AP) — La joven gritaba mientras su novio yacía sobre ella, soportando los golpes que le daba un policía antimotines.

Esa fue una de las imágenes imborrables de la violenta respuesta de la policía a unas protestas no autorizadas que se realizaron en Moscú.

El terror y angustia de Inga Kudracheva se pueden ver claramente en videos y fotografías que se divulgaron a través de las redes sociales rusas y que aparecieron en la cobertura que la prensa extranjera dio a la represión del 27 de julio, en la que aproximadamente 1.400 personas fueron arrestadas, de acuerdo con cifras de un grupo que monitorea las detenciones en el país.

Sin embargo, Kudracheva y Boris Kantorovich dijeron que la pesadilla sólo los ha hecho más fuertes.

“La gente ya no le teme a la policía. Aunque la policía nos golpeaba violentamente y trataba de intimidarnos, valió la pena”, comentó el joven de 27 años a The Associated Press el martes, mientras estaba sentado en un sillón junto a Kudracheva y en ocasiones apretaba su mano para buscar tranquilidad.

“Estoy muy asustado, pero tener miedo está bien. Y hay otras cosas más importantes que el miedo”, señaló Kantorovich, quien trabaja en ventas.

Una determinación de ese tipo indica que la dura respuesta de la policía podría haber tenido un efecto contrario al deseado, endureciendo la resistencia en lugar de mermarla. Tanto la policía como los activistas volverán a ser puestos a prueba el sábado, debido a que los organizadores de las protestas han convocado a otra manifestación que no está autorizada en la capital rusa.

Ha habido una serie de manifestaciones que denuncian que algunos candidatos de la oposición e independientes han sido excluidos de las elecciones del consejo municipal de Moscú programadas para el 8 de septiembre. En el último mes, el tema ha provocado una reacción sorprendentemente grande para una elección local: el 20 de julio, alrededor de 20.000 personas salieron a las calles en lo que fue la protesta más grande en la ciudad en varios años.

Pero esa manifestación había sido sancionada. Cuando se convocó la protesta del 27 de julio, las autoridades estaban determinadas a sofocar la disidencia.

Las acciones de la policía fueron una “demostración de crueldad”, dijo Ilya Shablinsky, director de la comisión de los derechos de los votantes del consejo presidencial de derechos humanos, en una entrevista con el diario Kommersant.

Ivan Sustin, abogado de derechos humanos, dijo que la policía estaba en un nivel que sólo se había visto en una manifestación de 2012 contra la juramentación del presidente Vladimir Putin y que las protestas más recientes fueron mucho menos agresivas.

Las acciones de la policía se produjeron en momentos en los que los índices de aprobación de Putin disminuyen, así como los del dominante partido político Rusia Unida, cuyos candidatos sufrieron aplastantes derrotas en varias elecciones gubernamentales el año pasado.

Ha habido una condena generalizada a la represión. La embajada de Estados Unidos en Moscú la criticó y aseveró que había sido un “uso desproporcionado de la fuerza”.

Hugh Williamson, director de Human Rights Watch para Europa y el centro de Asia, dijo que “la respuesta autoritaria del gobierno es una advertencia a los rusos de que las personas que salgan a las calles, no importa si lo hacen pacíficamente, para exigir unas elecciones libres y justas, enfrentarán graves consecuencias”.

Sin embargo, las autoridades rusas no dieron muestra alguna de dar marcha atrás.

En sus primeros comentarios públicos desde el altercado, el alcalde de Moscú Sergei Sobyanin dijo el martes que los manifestantes “obligaron a la policía a usar la fuerza que en esta situación fue completamente apropiada”.

Al mismo tiempo, el Comité de Investigación de Rusia abrió una pesquisa penal por cargos de organizar o participar en alteraciones del orden público, un delito que conlleva una posible sentencia de hasta 15 años en prisión.

Durante la manifestación del 27 de julio, la policía trato de detener a Kantorovich mientras estaba sentado en una acera. Cuando los agentes comenzaron a golpearlo con sus macanas, el joven se enroscó y Kudracheva trató de intervenir. Las unidades caninas de la policía que se encontraban en las inmediaciones ladraban y aullaban.

Momentos después, la joven estaba sobre el pavimento con Kantorovich sobre ella.

“El momento más aterrador fue cuando estaba acostada debajo de Boris... y sentí como si el policía estuviera saltando encima de él”, relató Kudracheva, de 27 años, especialista en recursos humanos. “Sentí que iba a destrozar mi pecho”.

“No estábamos haciendo nada”, dijo la joven sobre los minutos previos a la trifulca. “No tratábamos de romper los cordones. No lanzábamos nada a la policía”.

Kantorovich fue llevado a empujones a una camioneta de las autoridades. Tras llegar a la estación de policía, llamó a una ambulancia y fue a un hospital para que le atendieran sus moretones. Kudracheva sólo sufrió rasguños.

Por casualidad, Kudracheva también estuvo involucrada en otra de las escenas más impactantes de ese día, cuando ayudó a envolver la cabeza de Alexandra Parushina con una venda, debido a que tenía la cara ensangrentada después de haber sido golpeada por la policía en otro sitio.

Parushina, suplente en un consejo distrital de Moscú, comentó a la AP que no había conocido a Kudracheva antes del incidente.

La paliza provocó que le hicieran unas puntadas en la cabeza y la dejó con varios moretones. Dijo que se sentía tan mal que no pudo salir de su apartamento. Sin embargo, señaló que está lista para las próximas protestas.

“Puede que sea aterrador y peligroso, pero por otra parte, personalmente no veo otra forma más que asistir a ese tipo de protestas. De otra manera, simplemente no podemos vencer ese abuso de poder”, comentó.

Kantorovich, quien había participado en otras protestas, dijo que el rechazo de las autoridades a registrar a los candidatos fue un insulto descarado: “Los candidatos que quieren postularse hicieron todo conforme a las reglas. Después de eso, el sistema les dijo: ‘¿Así que hiciste todo según las reglas? De todas formas no vamos a dejar que te registres’. Siento que eso fue realmente lo que molestó a la gente”.

Lyubov Shangina, una manifestante de 71 años, dijo que sufrió moretones cuando un agente de la policía la agarró, pero “no me detuvo porque temían de que al llevarme me fuera a morir y ellos serían los responsables”.

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Los periodistas de The Associated Press Tanya Titova, Francesca Ebel, Harriet Morris y Jim Heintz contribuyeron a este despacho.

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