Clero de EEUU se moviliza para ayudar a inmigrantes
Por ahora no ha habido detenciones masivas de inmigrantes sin permiso de residencia, como se había pronosticado. Pero la sola idea de que pueda haberlas hizo que cantidades de pastores, rabinos y sus congregaciones se preparasen en todo Estados Unidos para ayudar a los extranjeros más vulnerables con ofrecimientos de santuario y otros servicios.
Vistazo a los últimos acontecimientos en este frente:
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Rabinos judíos organizaron una red de más de 70 sinagogas de todo el país decididas a apoyar a los inmigrantes y a quienes buscan asilo, ya sea ofreciendo santuario u otras formas de asistencia, como acompañarlos a sus citas con las autoridades inmigratorias.
Algunos rabinos fueron detenidos durante una serie de protestas organizadas por activistas judíos para denunciar la persecución de inmigrantes, incluida una manifestación realizada el martes frente a las sede del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (conocido por sus siglas en inglés, ICE) en Washington.
La red --T’ruah: El Llamado Rabínico por los Derechos Humanos, con sede en Nueva York-- dice que representa a más de 2.000 rabinos y cantores.
“Nunca vi un tema que haya movilizado tanto a la comunidad judía de todo el país”, expresó el director de la movilización de T’ruah, el rabino Salem Pearce. “Muchas de nuestras familias pasaron por lo que están pasando hoy los inmigrantes”.
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El Servicio Luterano de Inmigración y Refugio de Baltimore (SLIR), que ha estado ayudando a personas desplazadas desde 1939, lanzó una campaña llamada Santuarios Unidos a través de la cual busca centros religiosos dispuestos a ofrecer santuario a cualquiera que tenga miedo de ser deportado sin el debido proceso. El SLIR se pone en contacto asimismo con organizaciones comunitarias y sin fines de lucro que ayudan a garantizar que las instituciones que se ofrecen como santuario tienen los recursos necesarios, incluidos asistencia legal y apoyo logístico.
“La respuesta fue increíble”, dijo el presidente de SLIR Krish O’Mara Vignarajah. “Las iglesias dicen que quieren ser parte de esto. Algunas ofrecieron espacios seguros y comidas. Otras que tienen espacios para santuario dicen que ahora necesitan servicios legales”.
El ICE considera las iglesias y otros sitios como “lugares especiales” y generalmente no ingresa a ellos en busca de personas que reciben santuario.
En Seattle, la Iglesia Luterana Getsemaní ofreció santuario por más de un año a un inmigrante mexicano, José Robles, con orden de deportación. El martes, Robles, acompañado por su esposa y tres hijas, por la pastora de Getsemaní y por decenas de personas que lo apoyan, se presentó a una oficina del ICE en un suburbio de Seattle para pedir que se deje en suspenso su deportación y quedó detenido a la espera de que se resuelva la solicitud.
Su futuro es incierto. La pastora Joanne Engquist dijo que tratarán de conseguirle una visa U que le permitiría evitar la deportación.
“Desde ya, estamos decepcionados con este desenlace”, indicó Engquist. “Lo que nos impulsa para seguir adelante es la esperanza de que se haga justicia”.
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En la Iglesia de la Epifanía de Los Ángeles, el padre Tom Carey dice que ofrecer santuario es una opción que se usa como “último recurso”.
Carey pertenece a una organización llamada Clero y Laicos Unidos por la Justicia Económica, que apoya a las familias de bajos ingresos y a los inmigrantes. Al anunciarse la campaña de arrestos, ocho congregaciones cristianas ofrecieron públicamente sus edificios como santuarios a través de esa organización.
Incluso en sus sermones Carey defiende esa posición. De casualidad, la lectura de esta semana era la historia del buen samaritano.
“Según la parábola que contó Jesús, nuestro prójimo no es la gente que conocemos. Nuestro prójimo son las personas que no conocemos y que tienen problemas”, afirmó Carey. “Y el mandamiento es amar a tu prójimo”.
La iglesia de Carey también conecta a los inmigrantes que necesitan ayuda legal con un abogado de inmigración que trabaja pro bono. De sus aproximadamente 70 parroquianos, Carey calcula que un tercio está en el país ilegalmente.
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El pastor Robert Stearns, de Living Water International Apostolic Ministries de Houston, también dijo que su iglesia puede ser un santuario, pero con cierta condición.
“Solo serán admitidos quienes quieran hacerse ciudadanos estadounidenses”, señaló.
Sterns accedió a que su pequeña iglesia funcione como santuario a pedido de su representante, Shelia Jackson Lee. Si una persona que está en el país ilegalmente le pide ayuda, dijo que le darán albergue en la iglesia pero que también deberán hablar con abogados o con el personal de la oficina de Jackson.
Cree que sería hipócrita predicar el bien y luego ayudar a alguien que trata de violar las leyes.
“No te vamos a tirar a los lobos. Lo que haremos es conseguirte abogados si estás dispuesto a sobrellevar todo el proceso”, declaró. “Si no lo quieres hacer, entonces no podemos hacer nada por ti”.
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En Chicago, la diócesis de las Caridades Católicas ha notado un marcado declive en la cantidad de personas que aprovechan sus programas de ayuda social, de acuerdo con su portavoz Brigid Murphy.
En una conferencia telefónica con todo el personal el miércoles, los empleados hablaron de la merma en la cantidad de madres en sus Women, Infants and Children Food and Nutrition Centers y de los servicios que pueden ofrecer.
Murphy dijo que la organización tratará de suministrar más asistencia remota a personas que tienen miedo de salir de sus casas. Trabajarán para educar a los inmigrantes acerca de sus derechos y para ofrecer asistencia legal por teléfono.
Los alimentos, sin embargo, no pueden ser entregados por teléfono.
“Dependiendo de cuánto dure esto, buscaremos formas de servir a la gente necesitada, sin violar las leyes”, dijo Murphy. “Pero no creo que tengamos una respuesta todavía”.
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La principal congregación religiosa de Utah, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, no ofrece santuario a los inmigrantes, pero trata de asumir una postura compasiva ante la inmigración ilegal y dijo el año pasado sentirse “muy atribulada” por la separación de familias en la frontera con México.
La religión permite a los líderes laicos locales ofrecer ayuda “para sobrevivir” a los feligreses de una iglesia sin importar su status inmigratorio, al tiempo que se alienta a la gente a conseguir ayuda legal para resolver su situación inmigratoria, expresó el portavoz de la iglesia Eric Hawkins.
Miembros de esa congregación, más conocida como la iglesia Mormona, aportan buena parte de los voluntarios que ayudan con los programas de asistencia a inmigrantes y de reubicación de solicitantes de refugio que administran los Servicios Comunitarios de Utah.
La portavoz Danielle Stamos dijo que “su ayuda es vital para lo que hacemos”.
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El reportero de la Associated Press Brady McCombs colaboró en este despacho desde Salt Lake City.