Cruz Roja: Paz en Colombia es escurridiza

NACIONES UNIDAS (AP) — Colombia aún registra conflictos y la situación humanitaria ha empeorado, dijo el jueves el Comité Internacional de la Cruz Roja, mientras una delegación de la ONU preparaba una visita al país sudamericano para evaluar el progreso del acuerdo de paz.

Robert Mardini, observador del CICR ante la ONU, dijo a un grupo de reporteros que cuatro grupos armados siguen luchando contra el gobierno, y dos de ellos combaten entre sí.

Así “es difícil hablar del posconflicto debido a que por desgracia aún hay conflicto, con sus secuelas humanitarias”, apuntó.

Mardini hizo sus declaraciones cuando miembros del Consejo de Seguridad se preparaban para viajar el jueves a Bogotá, la capital de Colombia, para observar de primera mano la marcha del acuerdo de paz concertado en 2016 entre el gobierno y el principal grupo rebelde del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Señaló que la situación es ahora “más compleja” debido al aumento de la violencia, en especial en algunas zonas rurales y en áreas donde no hay presencia del gobierno, y a que hay grupos armados “activos”, algunos de los cuales han comenzado a reorganizarse.

El secretario general de la ONU Antonio Guterres dijo este mes en un informe ante el Consejo de Seguridad que lamenta la “polarización y la división” en Colombia en torno a elementos del acuerdo de paz, y pidió al gobierno garantizar que cualquier cambio al pacto respete los compromisos hechos a los rebeldes que depusieron las armas.

Guterres también manifestó que es “profundamente preocupante” que la misión de la ONU en Colombia haya verificado 123 homicidios de excombatientes desde la firma del acuerdo de paz. Señaló que los ataques están estrechamente relacionados con el aumento de la presencia de “grupos armados criminales y economías ilegales e informales” en zonas desocupadas por las FARC, “donde el Estado no ha establecido una presencia y un control efectivo”.

Desde el acuerdo de 2016, el CICR ha documentado un caso de desaparición forzada relacionado con violencia armada cada cuatro días en promedio, afirmó Mardini.

“En 2018, el CICR dio seguimiento a más de 2.500 casos de desapariciones, una pequeña fracción de los ocurridos en todo el país, que rebasan los 80.000, según el Centro Nacional de Memoria Histórica”, apuntó.

Mardini dijo que en 2018, el CICR recibió información sobre el paradero de 216 personas, “y 49 fueron encontradas con vida”, lo que es una “buena noticia”. Sin embargo, ese número muestra cuántas décadas podrían necesitarse para aclarar la “carga de casos a gran escala”.

El Consejo de Seguridad de la ONU cumple un papel especial en Colombia.

En enero de 2016, el gobierno y las FARC solicitaron en conjunto al consejo su asistencia para dar seguimiento y verificar el desarme rebelde en caso de que ambas partes alcanzaran un acuerdo para poner fin a la guerra, que dejó unos 260.000 muertos y millones de desplazados.

La petición de asistencia al Consejo fue inusual porque esa instancia aborda crisis globales y a menudo es blanco de críticas por no poner fin a conflictos como el de Siria. Sin embargo, el Consejo aceptó la oportunidad y estableció una misión política después de la firma del pacto que se enfocó inicialmente en verificar el desarme de los rebeldes de las FARC y ahora está centrado en la reintegración de los exguerrilleros en la sociedad colombiana.

La mayoría de los 13.000 exrebeldes que optaron por la paz han acatado las disposiciones del acuerdo, de acuerdo con las autoridades. Una facción relativamente pequeña pero todavía importante ha regresado a las armas.

El embajador de Perú en la ONU, Gustavo Meza-Cuadra, dijo en fecha reciente que el principal objetivo es mostrar el “pleno compromiso del consejo” con el proceso de paz, apoyar la implementación del acuerdo y “ampliar la comprensión de las prioridades y preocupaciones” de las partes y actores principales.

El embajador adjunto británico Jonathan Allen, que copreside la delegación del Consejo de Seguridad, hará una visita de campo y se reunirá con representantes del gobierno, las FARC, partidos políticos, sociedad civil y la misión de la ONU.

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