Demócratas y republicanos se culpan por crisis en frontera
WASHINGTON (AP) — Cuatro legisladoras demócratas que visitaron recientemente centros de detención en la frontera de Texas le dijeron el viernes a una comisión de la Cámara de Representantes que vieron áreas fétidas y atestadas “frente a la bandera estadounidense”, y acusaron al presidente Donald Trump de crueldad intencional para desalentar la llegada de inmigrantes.
En contraposición, cuatro republicanos de estados fronterizos le dijeron al mismo panel que los demócratas no estaban haciendo nada para aliviar la crisis, y los culparon por una postura que según uno de los republicanos estaba dirigida a “los seguidores en Twitter y la política cínica”.
La audiencia ante la Comisión para la Supervisión y Reforma del Gobierno ofreció un microcosmos del abismo que existe entre los demócratas y los republicanos en el país y, tal vez, una oportunidad para que cada una de las partes ventilara su indignación. Pero a fin de cuentas permitió captar enfáticamente los puntos de vista marcadamente enfrentados de cada partido en torno a las estrictas políticas de Trump para contener la inmigración, dejando entrever que están destinadas a ser uno de los temas más destacados en las campañas para los comicios presidenciales y legislativos de 2020.
La cantidad de familias, niños y otros migrantes que ingresan a Estados Unidos a través de la frontera con México ha superado los 100.000 al mes desde marzo, abrumando la capacidad de las agencias federales para mantenerlos detenidos en condiciones higiénicas o para transferirlos rápidamente a un albergue mejor. Y ocurrió cuando sólo faltan unos días para que comiencen unas redadas ordenadas por Trump para deportar a la gente que se encuentra ilegalmente en Estados Unidos, según funcionarios gubernamentales y activistas, acciones que seguramente generarán más encono en torno al tema.
Antes de que comenzara la sesión del viernes, el demócrata Elijah Cummings, presidente del panel, dio a conocer un informe que proporciona nuevos detalles sobre 2.648 de los niños que el gobierno de Trump separó de sus familias el año pasado antes de canelar dicha política en medio de una presión generalizada.
El informe, basado en datos que el panel le exigió a agencias federales, halló que 18 niños menores de 2 años _la mitad de los cuales sólo tenían algunos meses de vida_ fueron separados de sus padres hasta por medio año. Cientos fueron detenidos más tiempo del que se había admitido previamente, incluidos 25 que estuvieron recluidos más de un año, y cuando menos 30 siguen separados de sus familias.
Las cifras reflejan “una elección deliberada, innecesaria y cruel del presidente Trump y su gobierno”, se afirma en el informe.
El Congreso aprobó asignar 4.600 millones de dólares el mes pasado para ayudar a mejorar las condiciones de los detenidos. Pero esa medida hizo enfurecer a los liberales, que sentían que carecía de requerimientos para obligar a tratar mejor a los migrantes, lo que derivó en fricciones internas que aún no cesan.
La representante Alexandria Ocasio-Cortez, el icono progresista de 29 años, estaba entre las cuatro demócratas que testificaron. Después de que se le tomó juramento como lo solicitó _una práctica que la comisión no suele efectuar para colegas legisladores y que pareció una provocación ante los republicanos dudosos_, describió que las mujeres migrantes le dijeron que tuvieron que dormir sobre el piso de concreto y beber del inodoro porque el lavamanos de su celda estaba descompuesto.
“Le creo a estas mujeres”, afirmó. “Lo peor de esto es el hecho de que había banderas estadounidenses colgando por todas estas instalaciones, que los niños estaban siendo separados de sus padres frente a la bandera estadounidense”.
La representante demócrata Rashida Tlaib casi rompió a llorar cuando mostró una fotografía que dijo era de una niña guatemalteca de 7 años _de la misma edad que su propio hijo_ que falleció mientras estaba bajo custodia de las autoridades estadounidenses. Criticó las duras políticas "creadas intencional y cruelmente por un gobierno de Trump decidido firmemente a enviar un mensaje lleno de odio de que los que están buscando refugio no son bienvenidos en Estados Unidos”.
“Es una ideología peligrosa la que gobierna nuestra nación actualmente”, agregó.
Al salir de la Casa Blanca, Trump le dijo a los reporteros sin presentar evidencia que la versión de Ocasio-Cortez de que a las mujeres inmigrantes se les dijo que bebieran de un inodoro era “una historia falsa que ella inventó”.
Como si se tratara de contravenir el testimonio de los demócratas, el vicepresidente Mike Pence y ocho legisladores republicanos recorrieron una estación fronteriza el viernes en Donna, Texas, un amplio conjunto de tiendas interconectadas y con aire acondicionado erigido en mayo para manejar temporalmente a 1.000 inmigrantes, y donde actualmente hay 800. Muchos yacían sobre tapetes en el piso, cubiertos con mantas isotérmicas mientras los niños veían la televisión.
Acompañado por el senador republicano Mike Lee y el secretario de Seguridad Nacional Kevin McAleenan, quienes fungieron de intérpretes al español, dos niños le dijeron a Pence que habían caminado dos y tres meses para poder llegar. Les respondió “Dios los bendiga” en inglés y “gracias” en español.
“Cada familia con la que hablé dijo que los estaban tratando bien”, afirmó Pence, criticando la “dura retórica” de los demócratas.
De vuelta en la comisión de la Cámara de Representantes, cuatro republicanos de estados fronterizos se sentaron en la misma mesa rectangular de los testigos que sus contrapartes demócratas y culparon a éstos de los problemas de los migrantes.
El representante Chip Roy se mofó del viaje de las demócratas a la frontera, acusándolas de posar “junto a un estacionamiento vacío mientras inventaban exageraciones para videos, seguidores en Twitter y política cínica”. Ocasio-Cortez tiene 4,7 millones de seguidores en esa red social.
Roy dijo que, al no endurecer las leyes que regulan la inmigración, los demócratas “crearon justo el imán” que atrae a los migrantes a Estados Unidos, y dijo que la Cámara de Representantes “permanece cobardemente en la esquina, sin hacer nada” para atender los problemas resultantes.
Otras demócratas que dieron su testimonio fueron las representantes Veronica Escobar y Ayanna Pressley, quien dijo que el trato que el gobierno federal da a los inmigrantes ha “superado un nivel de degradación que debería avergonzarnos que esté ocurriendo en territorio estadounidense”.
Por los republicanos también se presentaron los representantes Debbie Lesko, Andy Biggs y Michael Cloud.