Guerrero brilla, pero Alonso gana Derby de Jonrones
CLEVELAND (AP) — Vladimir Guerrero Jr. brindó un espectáculo digno de un millón de dólares. Pero fue Pete Alonso quien se embolsó esa cantidad.
Alonso, el primera base de los Mets de Nueva York, aprovechó la fatiga de Guerrero en la final del Derby de Jonrones y conquistó el lunes esa competición previa al Juego de Estrellas. Con ello, se embolsó un millón de dólares, casi el doble de su salario para 2019.
Guerrero, el toletero de los Azulejos de Toronto, impresionó con 91 vuelacercas en total, pero fue evidente que llegó ya sin combustible a la ronda final, disputada entre dos novatos. Había ganado una electrizante semifinal que quedará para el recuerdo contra Joc Pederson, de los Dodgers de Los Ángeles.
Alonso necesitaba 23 jonrones para superar a Guerrero en la final. Lo consiguió con un batazo entre el jardín izquierdo y el central, antes de lanzar su bate y abrazar al pitcher que eligió para el concurso, su primo Derek Morgan.
Luego, fue felicitado por los integrantes del equipo de la Liga Nacional, quienes fueron testigos de una muestra de poder como no se había visto jamás en esta competición.
“Fue surrealista”, comentó Alonso.
Tras la derrota, Guerrero caminó lentamente hacia su silla en clubhouse y se sentó.
“Yo tenía miedo de que él pudiera vencerme, porque bateaba segundo”, dijo el dominicano. “Fue de toma y daca, muy cansado”.
Alonso es el segundo novato que gana el Derby, después de que Aaron Judge lo consiguió en 2017. Es también el primer pelotero de los Mets que se lleva la competición en solitario.
Darryl Strawberry compartió el título con Wally Joyner en 1986.
En la presente temporada, Alonso acumula 30 bambinazos, nada mal para un pelotero que devenga el salario mínimo de las Grandes Ligas, de 555.000 dólares.
Lucirá su swing otra vez este martes por la noche en el Juego de Estrellas, donde se espera que el béisbol continúe con esta temporada de jonrones.
Uno de los pocos aspectos positivos de esta temporada para los alicaídos Mets ha sido Alonso, quien ahora ha dado a los fanáticos de Nueva York algo para jactarse mientras los Yanquis buscan otro título.
Alonso le puso suspenso a su participación, con dos victorias apretadas para alcanzar la final contra Guerrero. Superó al dominicano Carlos Santana de Cleveland 14-13 en la primera ronda y 20-19 al venezolano Ronald Acuña Jr. de Atlanta en la segunda para fijar el enfrentamiento con Guerrero, de 20 años, cuyo padre ganó el evento en 2007.
Con uno de los swings más temidos del béisbol, Guerrero se avizoraba ya como un rival poderoso. Pero no había manera de predecir que batearía 91 jonrones, 74 más que el total de su padre hace 12 años.
Terminó con las manos ampolladas, pero superó por poco su salario de 468.468 dólares correspondiente a esta temporada. Se embolsó medio millón por su segundo puesto y 100.000 por lograr el vuelacerca más largo.
“Di todo lo que tenía. Estoy orgulloso de haber pegado 91 jonrones”, resaltó.
Alonso estuvo a la altura del desafío, y sorprendió a Guerrero, quien había enloquecido a la multitud de 36.199 fanáticos, además de destruir una cámara sobre el terreno de juego con una de las pelotas que no envió por arriba de la barda.
Guerrero venció a Pederson en una a semifinal que requirió un alargue de un minuto y otros dos de tres swings adicionales, y que será recordada como un clásico del festival de cuadrangulares.
Estuvieron empatados a 29 luego de su ronda de cuatro minutos y luego otra vez tras una sesión de 60 segundos. Guerrero y Pederson entonces dieron un jonrón cada uno cuando tuvieron tres swings, forzando otra ronda al mejor de tres batazos.
Guerrero conectó dos, gritando mientras la pelota volaba en su segundo leñazo. La esférica superó apenas la barda de 19 pies en el jardín izquierdo. Pederson no pudo igualarlo, al batear una rola en su último turno, antes que ambos jugadores, exhaustos, compartieran un abrazo cerca del plato, mientras sus compañeros se ponían de pie y aplaudían como espectadores comunes.
El último Derby de Jonrones en Cleveland fue ganado también por un neoyorquino, el primera base de los Yanquis, Tino Martínez, quien se llevó la corona en 1997 sobre un grupo que incluyó a los miembros del Salón de la Fama Ken Griffey Jr. y Jim Thome, quien no pudo superar las bardas ni una vez.
Santana lo hizo mejor que Thome, bateando 13 vuelacercas en la primera ronda. Pero Alonso vino de atrás con dos jonrones en los últimos 15 segundos para sumar 14 mientras la multitud en Cleveland miraba con desilusión.
El Derby perdió a su máximo exponente el domingo. Christian Yelich, el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en la campaña anterior y el líder jonronero de la presente temporada, se retiró de la competición, tras mencionar una dolencia de espalda.
El astro no quiso arriesgarse a una lesión, y seguramente los Cerveceros de Milwaukee agradecen su decisión.
Con todo, Yelich participará en el encuentro de este martes. En la competición de cuadrangulares, fue reemplazado por Matt Chapman, de Oakland, quien tuvo la mala suerte de enfrentar a Guerrero en la primera ronda.
Ahí empezó el show del dominicano.
Consiguió 29 bambinazos en esa ronda inicial, para romper el récord que Josh Hamilton había impuesto en 2008, en el Yankee Stadium. Uno de los batazos envió la pelota a 476 pies del plato y estrelló la pelota como si fuera un dardo en la pantalla gigante que se ubica detrás del jardín izquierdo.
Y a medida que el bate de Guerrero seguía prodigando detonaciones para que la pelota volara en el cielo nocturno, el público en el Progressive Field emitía exclamaciones de asombro, como si presenciara una muestra pirotécnica del 4 de Julio.
Chapman logró sólo 13 jonrones, pero uno de éstos colocó la pelota a 477 pies, uno más que el mejor batazo de Guerrero.
Acuña comenzó lento, pero luego de solicitar una pausa relajó su swing. El derecho comenzó entonces a batear la pelota al jardín contrario, para registrar 25 cuadrangulares y eliminar a Josh Bell, de Pittsburgh, quien nunca encontró el ritmo y se quedó en 18.
Pederson comenzó el evento con 21 vuelacercas, contra 16 de Alex Bregman, de Houston.
A las 5:30 de la tarde, cuando se abrieron las puertas del parque, los espectadores corrieron con sus guantes hacia los mejores lugares a fin de quedarse con algunas de las pelotas bateadas de jonrón.
Querían ver que las pelotas volaran como cohetes. Y los participantes en el concurso no defraudaron en absoluto, con un total de 322 cuadrangulares.