Duty free de las Américas financian asentamientos israelíes
JERUSALÉN (AP) — Cuando la gente compra en decenas de tiendas “duty free” en aeropuertos de las Américas, tal vez esté pagando por algo más que una botella de vodka o una caja de chocolates.
La familia Falic, de la Florida, propietaria de la cadena de tiendas Duty Fee en el continente americano, financia un generoso y a veces controversial emporio filantrópico en Israel que se codea con los poderosos y cuyos tentáculos llegan a los territorios ocupados de la Margen Occidental.
Una investigación de la Associated Press indica que la familia ha donado al menos 5,6 millones de dólares a organizaciones de colonos en Cisjordania y el este de Jerusalén a lo largo de la última década, financiando sinagogas, escuelas y servicios sociales, además de causas de ultraderecha consideradas demasiado extremas incluso en Israel.
La filantropía de los Falic no se limita a los asentamientos. También apoyan otras causas más populares en Estados Unidos e Israel. Pero es un ejemplo de cómo magnates estadounidenses promueven los asentamientos en territorios ocupados. La mayor parte del mundo considera que los asentamientos son un obstáculo para la paz. Los israelíes, en cambio, dicen que involucran territorios “en disputa”.
La familia Falic apoya la comunidad judía ultranacionalista de Hebrón, que incluye numerosos partidarios de un finado rabino con puntos de vista racistas, cuyo movimiento está proscrito en Estados Unidos por ser considerado terrorista. Respalda asimismo agrupaciones judías que compran en forma encubierta propiedades palestinas en el sector oriental de Jerusalén y ayudó a crear un asentamiento no autorizado en Cisjordania. El asentamiento fue posteriormente legalizado.
Los Falic apoyaron organizaciones que promueven el establecimiento de un Tercer Templo para los judíos en Tierra Santa. Además han donado más dinero que nadie al primer ministro Benjamin Netanyahu, firme partidario de los asentamientos, y aportan asimismo fondos a otros líderes de su partido Likud.
En respuesta a preguntas de la AP hechas a través de su abogado, Simon Falic, quien habló en nombre de la familia, dijo que los judíos no deberían tener impedimento alguno para vivir en cualquier parte de Tierra Santa, ya sea en Israel, en el sector oriental de Jerusalén anexado por los israelíes o en la Margen Occidental. Condenó la violencia y afirmó que ninguna de las organizaciones que respalda la familia ha hecho nada ilegal bajo las leyes israelíes.
“Nos enorgullecemos de apoyar organizaciones que ayudan a promover la vida judía en toda la Tierra de Israel”, sostuvo Falic, un empresario que vive en Miami. “La noción de que la sola existencia de vida judía en cualquier zona geográfica sea un impedimento para la paz no tiene sentido para nosotros”.
La comunidad internacional, no obstante, considera en forma abrumadora que los asentamientos violan las leyes internacionales, que prohíben a una potencia transferir a su población a los territorios que ha ocupado.
Desde que capturó Cisjordania y el este de Jerusalén en la guerra de 1967, 700.000 personas (aproximadamente el 10% de la población judía de Israel) se han instalado en territorios ocupados. Netanyahu es un firme partidario de los asentamientos y el gobierno estadounidense de Donald Trump se ha mostrado mucho más tolerante que administraciones previas.
La propagación de los asentamientos se vio impulsada por patrocinadores estadounidenses. Según una investigación de declaraciones de rentas en Estados Unidos hecha por el diario israelí Haaretz, organizaciones estadounidenses recaudaron más de 230 millones de dólares para impulsar los asentamientos entre el 2009 y el 2013.
“Los donantes extranjeros de extrema derecha son un baluarte de la campaña de asentamientos”, afirmó Peace Now, una agrupación contraria a los asentamientos.
La lista de donantes prominentes incluye a los magnates Sheldon Adelson, Ira Rennert, Roger Hertog y el embajador de Estados Unidos en Israel David Friedman. Numerosos edificios y parques de Cisjordania llevan los nombres de otros donantes menos conocidos.
Pero los Falic sobresalen por la magnitud de su apoyo y por sus estrechos lazos con importantes políticos israelíes. Duty Free Americas es encabezada por tres hermanos de la familia Falic: Simon, Jerome y León. La cadena opera unas 180 tiendas en aeropuertos y cruces fronterizos de Estados Unidos y América Latina. León Falic declaró a la publicación TRBusiness que le empresa generó 1.650 millones de dólares en ventas el año pasado.
La actividad probablemente más controversial de los Falic tiene lugar en Hebrón, ciudad donde varios cientos de colonos ultranacionalistas viven en complejos con fuertes medidas de seguridad entre unos 200.000 palestinos.
Las relaciones entre ambas poblaciones son tensas y algunos líderes judíos son seguidores del finado rabino Meir Kahne, cuyo partido Kach fue proscripto en Israel en la década de 1980 por promover la expulsión de los árabes de Israel. Estados Unidos considera a Kach una organización terrorista.
Según el análisis de la AP, los Falic donaron unos 600.000 dólares a “Hachnasat Orchim Hebron”, un grupo que aloja visitantes a la comunidad judía. En la iniciativa está involucrado Baruck Marzel, antiguo asistente de Kahne.
Falic dijo que su conexión con Marzel gira mayormente en torno a un “hermoso proyecto” que distribuye bocaditos entre los soldados que protegen a los residentes de Hebrón.
“Si bien no estoy de acuerdo con todo lo que ha dicho (Marzel), el trabajo que hemos hecho para la comunidad de Hebrón ha sido positivo, no controversial, para mejorar la vida de los judíos en la zona”, declaró el magnate.
El activista palestino de Hebrón Issa Amron, por su parte, sostiene que ese proyecto supuestamente inocuo impulsa la causa de los colonos a expensas de los palestinos.
“Padecemos la violencia de los colonos”, manifestó. “Les decimos a los soldados, ‘protéjannos’ y nos dicen ‘no estamos aquí para protegerlos a ustedes. Estamos aquí con nuestra gente, que son los colonos’”.