Brasil: Miles salen a las calles en apoyo al gobierno y Moro

Brasil: Miles salen a las calles en apoyo al gobierno y Moro

RÍO DE JANEIRO (AP) — Miles de brasileños salieron a las calles el domingo para dar una señal de apoyo al gobierno de Jair Bolsonaro y a su ministro de Justicia, Sergio Moro, cuestionado luego de que un sitio web revelara presuntas conversaciones privadas entre el exjuez y fiscales de la operación Lava Jato que mostrarían cómo Moro habría actuado como coordinador de la acusación cuando era juez anticorrupción, quebrando su imparcialidad.

Seguidores del gobierno se manifiestan en Río de Janeiro, Brasilia y otras grandes ciudades del país. Sao Paulo tendrá un acto por la tarde.

Las movilizaciones cuentan con respaldo de miembros del gobierno, que este domingo saludaron la presencia en las calles.

“Yo veo. Yo escucho”, tuiteó esta mañana Moro, con una imagen área de la famosa calzada de Copacabana, copada por manifestantes. “Apoyadores del Lava Jato se manifiestan en distintos estados”, agregó el exjuez.

El sitio The Intercept comenzó a publicar el 9 de junio una serie de presuntos chats entre Moro y fiscales de la operación anticorrupción que llevó a la cárcel al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, entre otros.

Según el sitio, el contenido las conversaciones sería un indicio de que Moro actuaba “como un coordinador informal de la acusación” en una causa que declaró a Lula culpable de recibir un apartamento como soborno de una empresa constructora.

“No creo en el contenido. El hacker pudo haber adulterado los mensajes. Moro está siendo perseguido porque los corruptos quieren volver al poder”, dijo Ariadne Renzodi, una artista plástica de 60 años. “Muchas personas no quieren que la corrupción acabe. Estamos acá por apoyo a Bolsonaro y al Lava Jato”, dijo Renzodi, quien participaba de la demostración en la rambla de Copacabana.

De acuerdo con nuevas conversaciones publicadas este sábado, fiscales del Lava Jato habrían criticado al juez el año pasado, reconociendo los excesos e ilícitos que presuntamente cometía en su función como juez.

El ministro de Bolsonaro no ha reconocido la autenticidad de los chats, aportados por una fuente anónima que se desconoce cómo los obtuvo. En tanto, Glenn Greenwald, director de The Intercept, ha denunciado amenazas de muerte a su familia tras las publicaciones.

Además de demostrar un apoyo al exjuez, un ministro clave del gobierno, los manifestantes reclaman al Congreso que acelere el tratamiento de los proyectos y decretos impulsados por el gobierno, especialmente de la reforma de las jubilaciones, una medida considerada vital por el equipo económico para reactivar la economía.

“Todavía tenemos un Congreso que es una mafia. (Los legisladores) se ponen saco y corbata, pero son ladrones. Bolsonaro está solo, intentando hacer reformas con todos en contra. Sin las masas en la calle, él va a perder”, dijo Paulo Israel, un técnico informático de 61 años.

Como ya es costumbre, la mayoría de los seguidores de Bolsonaro salieron a las calles con camisetas amarillas de la selección brasileña de fútbol.

Entre los manifestantes había numerosos militares y ex policías. Además de carteles condenando la corrupción, hubo quienes pidieron la “aplicación del artículo 142 de la Constitución”, que según algunas interpretaciones avalaría una intervención militar.

Las demostraciones de apoyo llegan en un momento en que la popularidad del gobierno --que cumplirá seis meses de mandato este lunes-- está estancada y aumenta levemente el descontento, según la consultora privada Ibope.

“Moro sufre un desgaste por las filtraciones, pero todavía tiene un apoyo de la población muy alto y existe una disputa fuerte por la interpretación de esos mensajes y el contenido que no permite saber aún hasta qué punto lo damnificará”, dijo Paulo Calmon, politólogo de la Universidad de Brasilia.

Un sondeo publicado este viernes mostró que un 32% de los brasileños considera “bueno” al gobierno _mismo número que en abril_, mientras que quienes creen que es “pésimo” pasó de 27 a 32% de un mes a otro.

“La economía va muy mal y la reforma de las jubilaciones es todavía una apuesta, pero el gobierno mantiene un núcleo sólido de apoyo. Hay una agenda negativa muy fuerte, como “no a la corrupción” y “no a la izquierda”, que continúa movilizando a mucha gente”, agregó Calmon.

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