Devoción y alegría en fiesta religiosa andina de Bolivia
La PAZ (AP) — Miles de bailarines con trajes coloridos recorrieron el sábado el centro de la ciudad de La Paz ejecutando distintas danzas en honor del Señor Jesús del Gran Poder, en la mayor fiesta religiosa andina de Bolivia.
“Estamos aquí para agradecer al Señor del Gran Poder; es en devoción a él que yo bailo”, dijo Clementina Quispe, de 59 años, una comerciante de refrigeradores. Luce la vestimenta típica de las mujeres cholas paceñas, con faldas coloridas plisadas y una manta café de lana de vicuña.
Su sombrero bombín está adornado con joyas, así como su manta, la cual lleva un gancho llamado topo, el cual es de oro y piedras preciosas. Mostraba sus dedos con anillos mientras bailaba “La morenada”, una danza típica nacida en el altiplano que se inspira en la trata de esclavos en la región andina durante la colonia, y cuya influencia se ha extendido a Perú, Chile y Argentina en las últimas décadas.
Al igual que Quispe, miles de danzantes descienden por las empinadas calles de La Paz desde el templo católico de Jesús del Gran Poder, donde nació la festividad hace 49 años en el barrio más comercial de la ciudad. En 2017 fue postulada a la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Este año, las autoridades aprovecharon el evento que reúne a 74.000 bailarines y a más de 4.000 músicos, además de miles de espectadores, para enviar mensajes contra el alcoholismo y la violencia intrafamiliar en La Paz.
“Así como festejamos, así como mostramos nuestras danzas y es nuestro patrimonio como país, pedimos también que cuidemos nuestro propio patrimonio que es la familia”, dijo la ministra de Culturas, Wilma Alanoca, al principio del evento. “Respetemos a nuestras parejas, a nuestros hijos, y antes de exagerar en el consumo de bebidas pensemos en nuestras familias”.
Recientemente se dio a conocer que en lo que va del año se han cometido 52 feminicidios en Bolivia, de los cuales el 90% está ligado al consumo de alcohol, según dio a conocer el Ministerio de Gobierno.
Bolivia es uno de los países sudamericanos con mayor tasa de feminicidios.