“Brasil decime qué se siente” suena bajo entre argentinos
SALVADOR, Brasil (AP) — Entre la crisis económica y la poca fe en su selección tras varias desilusiones, la hinchada de Argentina se mueve con cautela por las calles de esta colorida ciudad antes del debut contra Colombia el sábado en la Copa América.
El ya clásico cántico “Brasil decime qué se siente” que torturó a los locales durante el Mundial 2014 apenas se escucha. No suenan bombos y las camisetas albicelestes se ven en cuenta gotas. Aunque el torneo continental se juega en el país vecino, los fanáticos son bastante menos por ahora respecto a los que invadieron Rusia un año atrás para la Copa del Mundo.
“No hay argentinos, faltan argentinos y hay bajo perfil. Lo que se siente es la crisis en general”, comentó Mariano Saleh mientras recorría el colorido centro histórico de la ciudad, popularmente conocido como Pelourinho.
“Pensé que hasta altura iba a ver más argentinos, pero hay más colombianos”, admitió su primo Alejandro Clemente.
Por sus originales cánticos y fervor con el que viven el fútbol, los fanáticos argentinos resaltan en cada competencia. Pero este año padecen una inflación que acarició el 50 por ciento anual en 2018, una recesión económica y la falta de crédito. Las permanentes devaluaciones del peso argentino, además, vuelven todavía más costoso planear un viaje al exterior.
Entre boletos para partido, avión y hotel, los primos oriundos de Buenos Aires gastaron unos1.800 dólares.
El equipo de Lionel Scaloni tampoco despierta gran entusiasmo en la hinchada argentina.
“Hay desconocimiento de lo que pasa con la selección porque hay todo un recambio de jugadores. No tenés un técnico de renombre”, indicó Saleh, un hincha del club Vélez Sarfield que anteriormente estuvo en los mundiales de Sudáfrica, Brasil y Rusia.
La sequía de títulos desde hace 26 años y los nuevos jugadores sin mucho renombre no es algo que preocupe a la familia De la Casa, que viajaron con su hijo Salvador desde la provincia de Corrientes para que el pequeño cumpliera su sueño de ver al astro Lionel Messi en cancha.
“Venimos a verla ganar”, avisó Germán de la Casa luego de tomarse una fotografía junto a su hijo vestido con la casaca albiceleste y de espaldas a la casa del reconocido escritor local Jorge Amado. “Se van a poner las pilas. Dicen que el favorito es Brasil, pero después en la cancha hay que ver”.
Tampoco se ha visto en Salvador a los llamados “barrabravas” o hinchas violentos de clubes argentinos. Por disposición del gobierno de Brasil, los fanáticos con antecedentes de violencia en estadios no tienen permitido el ingreso al país.
En una playa del barrio de Barra, un pequeño grupo de jóvenes con camisetas de River Plate y Boca Juniors mataban el tiempo hasta el día del partido jugando fútbol. Para ellos cualquier sacrificio vale la pena porque, cantan, “esta hinchada loca deja todo por la copa, la que tiene a Messi y Maradona”.