Koch ahora promueve su visión a través de filantropía
SEATTLE (AP) — La nueva iniciativa del magnate Charles Koch para combatir la pobreza refleja su filosofía empresarial y su desdén por los gobiernos abarcadores.
La Fundación Stand Together, creada hace tres años, tiene hoy un papel primordial en el emporio de Koch, que ha estado repensando una operación que cautiva a algunos y es severamente cuestionada por otros. Paralelamente, su red de donantes, agrupaciones políticas influyentes y organizaciones exentas de impuesto resta importancia a su controversial agenda política y la inversión de cientos de millones de dólares en campañas para incidir en las elecciones y en el debate político.
En el 2018, por ejemplo, la mayor parte del presupuesto de 30 millones de dólares de Stand Together fue para agrupaciones con fines de lucro. Simultáneamente, Koch donó 400 millones de dólares a organizaciones políticas para promover sobre todo causas conservadoras. Es sabido que el brazo político de la organización de Koch, Americans for Prosperity, apoya al Tea Party y la lucha por anular el plan de salud de Barack Obama.
Koch, a quien los demócratas pintan como un importante sostén económico del Partido Republicano, está tratando de enfocar la atención en obras caritativas inocuas y usando el tradicional modelo filantrópico que aporta dinero a organizaciones comunitarias. En ese contexto, está financiando agrupaciones privadas sin fines de lucro con principios empresariales y la capacitación de personal administrativo. También ofrece subsidios a ciertas organizaciones y amplía su influencia para ayudarlas a expandirse.
“Estamos tratando de aumentar la eficacia y de conseguir más resultados en el sector filantrópico. Ha sido una gran experiencia trabajar con las Industrias Koch y con los líderes empresariales de esta red para imponer una mentalidad generadora de ganancias en el sector social”, declaró Lauren McCann, vicepresidenta de la Fundación Stand Together.
Las 140 agrupaciones privadas que apoya Koch en Stand Together generalmente comparten una misión central: La de ayudar a los necesitados a que se encaminen hacia la autosuficiencia en lugar de depender de la beneficencia.
Muchas se enfocan en la capacitación laboral. El Café Momentum de Dallas, por ejemplo, prepara a adolescentes que estuvieron presos para que se desempeñen en trabajos de cocina y del sector hotelero.
Algunos de los principales beneficiarios de Stand Together aseguran que, desde el sector privado, aportan mejores soluciones que los programas sociales del gobierno.
Aaron Dorfman, presidente del Comité Nacional de Filantropía Sensible, dijo que no sabe de ningún otro programa que ofrezca seis meses de capacitación intensiva y que transmita principios empresariales.
Dorfman, no obstante, se muestra escéptico respecto a las intenciones de Koch. Dijo que apoyar organizaciones privadas que dicen ofrecer mejores servicios que el gobierno es una afrenta al sistema impositivo y de gastos de la nación. Dorfman, un ex organizador comunitario, critica además el modelo de promover causas políticas y empresariales sin pagar impuestos.
“Cuesta entusiasmarse con iniciativas sueltas. Su influencia en nuestra sociedad, en términos generales, es mayormente negativa para los pobres”, afirmó Dorfman, poniendo como ejemplos los esfuerzos de Koch para combatir las regulaciones ambientales.
McCann asegura que la fundación ve con buenos ojos el papel del gobierno en los servicios sociales y que los subsidios de Koch no responden a objetivos políticos.
Chad Houser, fundador y chef principal de Café Momentum, dijo que la capacitación ofrecida por la Catalyst Network de Stand Together ayudó a impulsar la visión de su organización sin fines de lucro. Dijo que las lecciones son algo distinto a lo que ofrecen los programas de desarrollo de entidades sin fines de lucro y le dieron la libertad y las aptitudes para manejar su restaurante como un negocio más que como una obra caritativa.
De los más de 750 jóvenes con los que ha trabajado esa empresa sin fines de lucro, solo el 15% volvió a la cárcel, comparado con el 48% en el estado de Texas, de acuerdo con Houser. Señaló que poner en marcha y sostener el restaurant y el programa de capacitación cuesta unos 4 millones de dólares, pero le ha ahorrado a los contribuyentes de Dallas 30 millones en su sistema de cárceles juveniles.
Café Momentum ha recibido 700.000 dólares en subsidios de Stand Together. En abril, Koch usó su influencia para promover una campaña de donaciones apoyada por la Liga Nacional de Fútbol Americano que podría facilitar la expansión de Café Momentum a otras ciudades.
Los trabajadores del popular restaurante cobran y el personal de Houser actúa a veces como trabajadores sociales, ayudando con cosas básicas como conseguir alojamiento y otros asuntos familiares.
Keileigh Johnson dice que en un trabajo que tuvo en un organismo financiado por el gobierno había demasiadas reglas y que no hay punto de comparación con lo que hace en Café Momentum.
“Estamos cambiando la trayectoria del trabajo social tradicional y es mucho más efectivo”, afirmó Johnson.
Eso es un componente central de la campaña de Koch para afianzarse como filántropo y borrar la imagen que le quedó como uno de los “Hermanos Koch”. Su hermano menor David Koch, que se jubiló en el 2018 por cuestiones de salud, fue candidato a vicepresidente por el Partido Libertario en 1980.
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Sally Ho cubre filantropía y educación. Está en https://twitter.com/_SallyHo