Cardenal australiano apena condenas por abusos a menores
MELBOURNE, Australia (AP) — El cargo de más alto rango de la Iglesia católica condenado por abusos inició el miércoles la apelación contra las condenas por agredir sexualmente a dos menores del coro de una catedral australiana hace más de 20 años.
El cardenal australiano George Pell, de 77 años, se presentó ante la Corte de Apelaciones del estado de Victoria vestido con alzacuellos en la primera de las dos jornadas del proceso ante un panel de tres jueces.
En diciembre, el fallo unánime de un jurado le declaró culpable de violar oralmente a un niño de 13 años y de involucrarse de manera indecente con él y con su amigo, también de 13 años, en la catedral de St. Patrick de Melbourne a finales de la década de 1990. Pell había sido nombrado arzobispo de Melbourne, la segunda ciudad del país, solo unos meses antes.
Durante meses, las órdenes judiciales impidieron la publicación de los detalles de ese juicio y de uno previo por cargos similares que terminó en septiembre con un jurado indeciso.
Pell fue sentenciado en marzo a seis años de prisión. Está recluido en una zona de protección especial porque se considera que los pedófilos tienen un alto riesgo de ser agredidos por otros reclusos.
Aunque Pell sigue siendo el católico con más poder dentro de la jerarquía de la Iglesia en Australia, el Vaticano está realizando su propia investigación sobre las condenas al exministro de Finanzas del papa Francisco.
El papado del argentino se ha visto ensombrecido por el escándalo de los abusos sexuales cometidos por religiosos en todo el mundo y por la gestión de la Iglesia. En poco más de un año, el pontífice admitió que había cometido “graves errores” en el peor caso de encubrimiento en Chile, Pell fue sentenciado por abusos, un cardenal francés fue condenado por no reportar a un pedófilo y un tercer cardenal, el exresponsable de la institución en Estados Unidos, Theodore McCarrick, fue expulsado luego de que una pesquisa vaticana determinó que agredió a niños y adultos.
El abogado de Pell, Bret Walker, dijo a los tres jueces que el principal argumento para la apelación era que el jurado no podría haber encontrado culpable a Pell más allá de la duda razonable basándose en las evidencias.
En un escrito, los abogados del cardenal alegan que más de 20 testigos de la acusación que desempeñaban un papel oficial en las misas dominicales de 1996, tras las que el entonces arzobispo habría abusado supuestamente de los niños en un cuarto trasero durante cinco o seis minutos, ofrecieron pruebas de que los delitos no ocurrieron o pudieron no haber ocurrido.
"Estas evidencias constituyen un catálogo de al menos 13 sólidos obstáculos en el camino para una condena”, apuntó el documento.
El profesor Jeremy Gans, director de la Escuela de Derecho de Melbourne y experto en el código penal de Victoria, señaló que Pell tenía sólidas opciones de ganar el recurso sobre la base de que los fallos fueron “irracionales”.
Una de las víctimas de Pell murió por una sobredosis de heroína en 2014, a los 31 años, aparentemente sin haber realizado ninguna acusación de abuso. La ley estatal impide que las víctimas de abuso sexual sean identificadas en público.
Si los magistrados de la corte de apelaciones determinan que le veredicto se ajusta a las evidencias, Pell sería absuelto y no tendría que ser juzgado de nuevo. Pero Gans sospecha que el caso podría terminar en el Tribunal Supremo, la máxima instancia de apelaciones del país.
