La Indy 500 vive un renacimiento y acapara los reflectores
INDIANÁPOLIS (AP) — La Indianápolis 500 alguna vez fue considerada uno de los principales eventos deportivos del año, con su emblemático baño de leche en el fin de semana del Día de los Caídos colmado de patriotismo y nostalgia, triunfo y decepción.
Es casi imposible mantener el estado de reverencia durante 103 años, y la Indy 500, como casi todo en los deportes, ha tenido sus declives. Las enormes multitudes ya no colman las gradas para observar la clasificación o el Carb Day (Día de Carburación), y la economía de las carreras y los patrocinadores han reducido la lista de entrada.
Pero la IndyCar está experimentando un renacimiento, y el interés en una serie publicitada como “El Espectáculo Más Grande de las Carreras” está regresando lentamente. Ciertamente el alboroto ha sido alto en el Indianápolis Motor Speedway este año, donde una gran multitud llenó el infield para asistir a los días de prácticas y grandes grupos de adolescentes pasearon por el lugar como parte de excursiones escolares.
La carrera en sí misma, que será transmitida por primera vez por NBC, podría ser una buena. La clasificación para la carrera del domingo produjo el grupo de corredores más apretado en la historia de la Indy 500 con sólo 1,8 mph separando al ganador de la pole, Simon Pagenaud, con 229,992 mph, de Pippa Mann, el clasificado más lento con 227,224.
Hubo 36 participantes, lo que significa que tres pilotos no integrarían el grupo de competidores, y el alguna vez orgulloso McLaren fue humillado al perderse la carrera con la superestrella Fernando Alonso. El dos veces campeón de Fórmula Uno casi rescató el mortificante regreso de McLaren a Indianápolis cuando valientemente mantuvo abierta la posibilidad durante cuatro vueltas desesperadas en un auto reparado hasta el último minuto. El auto no tuvo la relación de velocidad correcta en una carrera que debería haber colocado Alonso dentro de los 33 clasificados, y el poderoso McLaren fue eliminado por el pequeño Juncos Racing y el joven piloto estadounidense Kyle Kaiser.
El resultado es que Kaiser, que no ha ganado nada de relevancia nacional, y Mann, manejando para el equipo Clauson-Marshall que corre en autos de sprints el resto del año, están en la carrera. Alonso, que necesitaba la Indy 500 para completar su búsqueda de la Triple Corona, y un auténtico equipo de Fórmula Uno se fueron de regreso a Europa.
