Aliados temen conflicto accidental entre EEUU e Irán
WASHINGTON (AP) — Afloraron los temores internacionales de que el gobierno de Donald Trump se encamina hacia una guerra con Irán, junto con expresiones de escepticismo de que la República Islámica represente una amenaza creciente para Estados Unidos y sus aliados en el Golfo Pérsico y más allá.
El mando militar estadounidense rechazó las dudas de un general británico sobre esa amenaza. Trump negó que su gobierno haya actualizado sus planes de enviar más de 100.000 efectivos para contrarrestar a Irán en caso de necesidad. Pero el presidente también avivó la polémica al afirmar: “¿Lo haría yo? Sin la menor duda”.
Las declaraciones del general británico pusieron de manifiesto el escepticismo internacional ante la acumulación de fuerzas estadounidenses en el Medio Oriente, un legado de la invasión de Irak en 2002 basada en información falsa. Estados Unidos no ha presentado pruebas que respalden su afirmación de una amenaza creciente iraní, lo que ha causado malestar en los aliados.
Al aumentar las tensiones en la región, el secretario británico del Exterior, Jeremy Hunt, dijo que su país temía el riesgo de un conflicto accidental “con una escalada en verdad involuntaria por ambas partes”. El martes, España retiró una fragata de la flota de guerra comandada por Estados Unidos que se dirige al estrecho de Ormuz. A esto siguió el inusual cuestionamiento público del gobierno de Trump hecho por el general británico.
“No, no ha habido un aumento de la amenaza de las fuerzas respaldadas por Irán en Irak y Siria”, dijo el mayor general Chris Ghika, un alto oficial de la coalición encabezada por Estados Unidos que combate al grupo Estado Islámico. En una video conferencia de prensa en el Pentágono, Ghika dijo desde la sede de la coalición en Bagdad que la coalición vigila la presencia de fuerzas respaldadas por Irán “junto con otras porque ése es el ambiente en que nos encontramos”.
“Hay un número importante de grupos milicianos en Irak y Siria, y por el momento no vemos una amenaza creciente de ninguno de ellos”, acotó.
Horas después, refutando al oficial aliado, el mando central estadounidense dijo que las declaraciones de Ghika “son contrarias a las amenazas creíbles identificadas” por parte de las fuerzas respaldadas por Irán en el Medio Oriente. El mando dijo en un comunicado que la coalición en Bagdad ha elevado el nivel de alerta para todos los efectivos en Irak y Siria.
“Por lo tanto (la coalición) se encuentra en un alto nivel de alerta mientras vigilamos las amenazas creíbles y posiblemente inminentes a las fuerzas estadounidenses en Irak”, dijo el comunicado.
En la Casa Blanca, Trump, quien se ha pronunciado reiteradamente contra los conflictos de largo aliento en Medio Oriente, rechazó un informe de The New York Times según el cual Estados Unidos ha actualizado sus planes para enviar a unos 120.000 efectivos si Irán atacara a las fuerzas estadounidenses.
“¿Lo haría yo? Indudablemente”, dijo el presidente a la prensa. “Pero no hemos hecho esos planes. Esperamos no tener que hacer planes para eso. Si los hiciéramos, enviaríamos mucha más tropa”.
La semana pasada, funcionarios estadounidenses dijeron que habían detectado señales de preparativos iraníes para posibles ataques a fuerzas e intereses estadounidenses en Medio Oriente, pero Washington no ha precisado la amenaza.
Estados Unidos tiene unos 5.000 efectivos en Irak y unos 2.000 en Siria como parte de la campaña para derrotar al Estado Islámico. Tiene además desde hace mucho tiempo fuerzas navales y aéreas apostadas en Bahréin, Qatar y otros lugares del Golfo Pérsico, en parte para apoyar la campaña contra el Estado Islámico y en parte para contrarrestar la influencia iraní.
Las tensiones han aumentado drásticamente en la región. Últimamente, Estados Unidos ha enviado a la flotilla de ataque del portaviones USS Abraham Lincoln a la zona del Golfo junto con cuatro bombarderos B-52. También está desplazando una batería de misiles de defensa aérea Patriot a un país no revelado. El martes, la flotilla del Lincoln atravesó el estrecho de Bab-el-Mandeb en el Mar Rojo, pero no se reveló su ubicación precisa.
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Los periodistas de The Associated Press Matthew Lee y Zeke Miller contribuyeron a este despacho.