Asoma el pánico en el campo de EEUU por los aranceles
BISMARCK, Dakota del Norte, EE.UU. (AP) — Cuando Donald Trump empezó a hablar de imponer tarifas a las importaciones en el 2017, la agricultora Jamie Beyer sospechó de inmediato que su granja sojera podía pasar a ser un arma. Dos años después, ella y su familia están pendientes de los precios a cada hora, en medio del torbellino generado en el campo por la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
“Cuesta concentrarse en plantar semillas cuando estás viendo constantemente el teléfono para ver si otro tuit (de Trump) hizo caer la bolsa”, dijo Beyer, de Wheaton, Minnesota. Su familia cultiva unas 1.400 hectáreas en Minnesota y Dakota del Sur. Ella calcula que perdieron unos 230.000 dólares como consecuencia de la guerra comercial.
“Cunde un poco de pánico” entre los agricultores, señaló la mujer, y la ansiedad se empieza a extender a los bancos que otorgan préstamos. Un economista dijo que el sector agrícola puede sufrir su peor caís en tres décadas.
Los precios de la soja cayeron esta semana a su nivel más bajo en diez años tras la decisión de Trump de imponer aranceles sobre importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares y las represalias chinas, que cobrarán tarifas a bienes estadounidenses por 60.000 millones de dólares. Acto seguido funcionarios estadounidenses dijeron que podrían fijar aranceles a otros 300.000 millones de dólares en importaciones chinas, y Beijing afirmó que “dará pelea hasta el final”.
La guerra comercial que comenzó hace casi un año ya ha causado fuertes perjuicios al campo a pesar de los 11.000 millones de dólares en subsidios que dio el gobierno el año pasado. Los ingresos personales de los agricultores bajaron 11.800 millones de dólares en los primeros tres meses del 2019, según cifras del Departamento de Comercio. Se espera una declinación similar en los próximos meses, de acuerdo con el Banco de la Reserva Federal de Kansas City.
“Las tensiones generadas en Estados Unidos por la política comercial del gobierno son más visibles en el sector agrícola”, dijo Joseph Brusuelas, de la consultora RSM. “Si no hay un cambio de rumbo, el sector agrícola va a experimentar su peor caída desde fines de la década de 1980, impulsada por bancarrotas y consolidaciones”.
Durante la crisis agrícola de los 80, altas tasas de interés y la caída en los precios de las tierras dio lugar a numerosas quiebras. Hoy por hoy, el valor de la tierra y de las granjas se mantiene y, “en términos generales, sus finanzas parecen bastante sólidas”, comentó Kent Thiesse, vicepresidente del MinnStar Bank de Lake Crystal, Minnesota.
Pero el acceso al capital está tornándose problemático, ya que la guerra comercial se produce justo después de cosechas pobres en algunos sectores. La mayoría de los agricultores consiguieron financiar sus semillas gracias en parte a los subsidios del gobierno, pero “si no hay ayuda del gobierno este año, habrá grandes pérdidas”, pronosticó Thiesse.
Trump dijo el lunes que se prepara más ayuda. Y el senador republicano John Hoeven, presidente de la comisión de apropiaciones agrícolas del Senado, habló de 15.000 millones de dólares.
Esto podría ser vital para muchos agricultores. En el sur de Minnesota, por ejemplo, la soja a entrega en el otoño (del hemisferio norte: de fines de septiembre a fines de diciembre) se está vendiendo a 7,50 dólares el bushel, dos dólares menos que hace un año y un dólar más abajo del precio que cubre los costos.
“A mucha gente no le entusiasma nada la idea de plantar soja porque prácticamente garantizas que vas a perder dinero”, expresó Thiesse.
La guerra comercial está afectando otras cosechas, incluida la de maíz, y otros sectores, como la ganadería y la siderurgia, que produce el equipo usado en el campo.
“Todo lo que necesito en mi negocio está subiendo de precio”, se quejó Randy Richard, quien tiene un campo cerca de Hope, en Dakota del Norte. “Y lo que tengo para vender está bajando de precio”.
Bob Metz, quien tiene campos en Dakota del Sur, dice que la gente “no tiene dinero extra para comprar un televisor o un sillón, ni para salir a cenar”.
La Asociación de Sojeros dice que apoya los objetivos políticos de Trump, pero que “no puede apoyar el uso de aranceles para conseguirlos”.
“Tomó más de 40 años abrir un mercado de la soja en China y si esta confrontación sigue, será cada vez más difícil recuperarlo”, expresó su presidente Davie Stevens. “Los sojeros no están dispuestos a ser un daño colateral de una guerra de aranceles sin fin”.
“Las familias de agricultores hacen lo que pueden, están plantando donde pueden, pero anunciar tarifas sin tener planes de contingencia para los agricultores no está bien”, declaró la agricultora Beyer.
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Los reporteros de la Associated Press Dave Kolpack (Fargo, Dakota del Norte) y Doug Glass (Minneapolis) colaboraron en este despacho.