Georgia promulga estricta ley contra el aborto
ATLANTA (AP) — El gobernador de Georgia Brian Kemp promulgó el martes una de las leyes contra el aborto más restrictivas del país, una medida que prohíbe el procedimiento una vez que se pueda detectar el latido fetal, que puede ser a partir de la sexta semana de embarazo, es decir antes de que muchas mujeres se enteren de que están esperando un bebé.
El republicano dijo que aprobó la iniciativa para “garantizar que todos” los residentes de Georgia “tengan la oportunidad de vivir, crecer, aprender y prosperar en nuestro gran estado”.
La promulgación sucede después de semanas de tensiones y protestas en el Capitolio estatal y marca el inicio de lo que podría ser una larga y costosa batalla judicial sobre la constitucionalidad de la ley. Pero un enfrentamiento legal es justo lo que los partidarios de la medida quieren.
“No retrocederemos”, dijo Kemp. “Siempre seguiremos luchando por la vida”.
Activistas y legisladores antiaborto se han envalentonado porque la Corte Suprema tiene ahora una mayoría conservadora. Están impulsando leyes contra la interrupción del embarazo contra un fallo de 1973 del máximo tribunal que legalizó el procedimiento a nivel nacional hasta que el feto esté lo suficientemente desarrollado como para vivir fuera del útero.
Staci Fox, presidenta y directora general de Planned Parenthood Southeast, le envió un mensaje a Kemp: “Lo veremos en la corte”.
Sean Young, director en Georgia de la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU), denunció que la ley es anticonstitucional y advirtió que su agrupación la apelará en la corte.
“Con 50 años de precedente en la Corte Suprema, esta prohibición al aborto es claramente inconstitucional”, dijo Young en una entrevista con The Associated Press. “Todo tribunal que ha estudiado casos como este ha determinado que es inconstitucional”.
Bajo las leyes actuales, las mujeres de Georgia pueden interrumpir su embarazo durante las primeras 20 semanas. Si esta nueva ley no es bloqueada en los tribunales, entraría en vigor el 1 de enero de 2020.
La medida estipula que no se puede abortar cuando “se puede detectar el latido de un corazón humano”, pero hace la excepción en casos de violación e incesto _si la mujer lo denuncia ante la policía_ y para salvar la vida de la madre. Otra excepción es cuando se determina que el feto no es viable debido a razones de gravedad médica.