Fiscales rechazan última reunión con abogado de Trump
WASHINGTON (AP) — Durante meses, Michael Cohen, exabogado del presidente Donald Trump, trató en vano de hacer valer su papel como denunciador de conductas inapropiadas, pero al acercarse la fecha de su ingreso a prisión _el lunes próximo_, perdió el interés de los únicos que podían ayudarlo: los fiscales federales que él esperaba que convencieran a un juez de que redujera su sentencia.
Desde mediados de marzo, los fiscales en Nueva York rechazaron ofertas reiteradas de Cohen de brindar más información acerca de delitos presuntamente cometidos por Trump y sus allegados, dijo el abogado defensor Lanny Davis a The Associated Press.
"¿Por qué no quieren verlo? ¿Qué pueden perder con eso? Él está a punto de ir a prisión", dijo Davis.
El equipo legal de Cohen se comunicó con los fiscales en marzo para pedir una "discusión franca" acerca de la reducción de su sentencia sobre la base de su cooperación. La reunión nunca tuvo lugar.
El desaire sería la prueba más contundente hasta el momento de que los meses que empleó Cohen para tratar de presentarse como testigo potencial han sido en vano.
Cohen debe presentarse el lunes a una prisión federal 110 kilómetros al norte de Nueva York para cumplir una condena de tres años por violación de las leyes de financiación de campañas, evasión fiscal, fraude bancario y mentirle al Congreso.
Es hasta ahora la única persona condenada por un escándalo de pagos clandestinos a la estrella porno Stormy Daniels y a la modelo de Playboy Karen McDougal, a cambio de que no revelaran _durante la campaña electoral de 2016_ sus presuntos amoríos con Trump.
Cohen empezó a promoverse públicamente como denunciante a los tres meses de que el FBI allanó su domicilio y oficina.
En julio, en una entrevista con la cadena ABC dijo que había dejado de ser leal a Trump e insinuó que habría "más para contar". Davis divulgó una grabación en la que Trump y Cohen hablaban de los pagos clandestinos a las dos mujeres.
Sin embargo, esos intentos han chocado con la intransigencia de los fiscales federales, que armaron su caso durante meses sin necesidad de hablar con Cohen y sólo aceptaron reunirse con él en agosto, pocos días antes de que se declarara culpable.