Aguaceros ponen a prueba la infraestructura de Irak
YOUSSIFIYAH, Irak (AP) — Años de pocas lluvias y veranos abrumadores han dado paso al invierno más mojado en mucho tiempo en Irak, que revivió ríos y lagunas y alivió los problemas de un país que enfrenta una severa escasez de agua en la era del cambio climático.
Las lluvias llenaron de agua fresca los pantanos del sur de Irak --una región que algunos estudiosos consideran el Jardín del Edén de la Biblia-- y permitieron el cultivo de granos y cereales en tierras hasta hace poco resecas.
El diluvio puso además a prueba la capacidad de una infraestructura del siglo 20 de adaptarse a las imprevisibilidades climáticas del siglo 21.
Alimentados por lluvias y el derretimiento de la nieve de las montañas de Turquía e Irán, los ríos Tigris y Éufrates y sus numerosos tributarios se vieron rebalsados e inundaron llanuras y ciudades en Irak, a pesar de la considerable red de represas y canales con que cuenta el país. Y a pesar de que el clima tiende a ser más caluroso y seco, un mes de abril inusualmente frío combinado con una humedad alta dañaron las cosechas de los campos de los alrededores de Bagdad.
El primer ministro Abdel Abdul-Mahdi dijo que era vital renovar la infraestructura y las políticas hacia el agua para prepararse para fenómenos meteorológicos más extremos. Las lluvias de este año plantean un dilema tan imprevisible como el clima y nadie sabe si se viene una sequía o una inundación.
“Aprenderemos importantes lecciones este año, y en los próximos años”, declaró Abdul-Mahdi a la prensa en abril.
En las afueras de Buhriz, en la provincia oriental de Diyala, donde el río Sirwan ingresa a Irak proveniente de Irán, Nouri Kudair recorrió su huerto de cítricos lleno de agua para ver qué porcentaje de la cosecha podía rescatar.
“Queremos que el gobierno nos compense por los daños”, dijo Kudaier. “Es nuestro único sustento”.
Irak no tenía tantas precipitaciones en un solo invierno desde 1988, según el Ministerio del Recurso del Agua, que dijo tener 47.000 millones de metros cúbicos de agua en sus embalses. Esto es tres veces lo que había hace un año, en que los niveles de agua eran tan bajos que el gobierno prohibió los cultivos durante el verano.
En Youssifiyah, una región agrícola al sur de Bagdad, canales que el año pasado estaban vacíos lucen llenos de agua y pozos de 24 metros (79 pies) de profundidad tienen agua a solo seis metros (20 pies).
Salah al-Saidey dice que plantó el doble de trigo que el año pasado pero que las fuertes lluvias y el frío arruinaron parte de sus cosechas de pepinos y tomates.
“Tenemos hongos”, se quejó al-Saidey. “No lo esperábamos. Estamos tratando de combatirlo, pero no damos abasto”.
Era común que los campos se inundasen en la primavera en Irak. Durante miles de años, los agricultores dependieron de las inundaciones para sus plantaciones de arroz, trigo y otros granos.
Pero las inundaciones eran imprevisibles y cada tanto los ríos se desbordaban con resultados calamitosos.
Irak construyó diques en el Tigris y sus tributarios, así como canales, en el siglo 20. Turquía, Irán y Siria hicieron lo mismo, y las inundaciones cesaron.
El suministro de agua en el futuro dependerá de condiciones climáticas más favorables, según el ministro de recursos del agua Jamal al-Adily. Y de la colaboración entre Irak, Turquía, Siria e Irán.
Aproximadamente el 70% del agua de Irak proviene de esos tres países, entre los cuales no hay acuerdos para el uso compartido de ese recurso.
“Los iraquíes tenemos derecho al agua”, declaró al-Adily a la Associated Press. “Los ríos están allí desde antes que las fronteras”.
Irak planea expandir su producción de petróleo y eso puede ayudarla en las negociaciones sobre el agua, sobre todo en vista de que Turquía tiene que encontrar nuevos proveedores porque Estados Unidos eliminó la exención que le permitía importar petróleo iraní a pesar de las sanciones de Washington contra Teherán.
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El reportero de la Associated Press Nabil al-Jurani (Basra, Irak) colaboró en este despacho.
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