El Salvador: pandillas buscan negociar beneficios con Bukele
SAN SALVADOR (AP) — La escalada de violencia homicida contra los miembros de los cuerpos de seguridad y el uso de coches bombas para aterrorizar a El Salvador pretende obligar al presidente electo Nayib Bukele a negociar con las maras o pandillas, afirmó el martes el aún mandatario salvadoreño Salvador Sánchez Cerén.
En los últimos días, las pandillas asesinaron dos policías y tres militares y detonaron un coche bomba que dejó dos uniformados lesionados. Las estructuras criminales también han incrementado los homicidios en general y según informes oficiales el lunes se contabilizaron 21 muertes violentas en diferentes puntos del país.
En un comunicado de prensa divulgado el martes, Sánchez Cerén asegura que tenía informes de inteligencia que daban cuenta de que el crimen organizado incrementaría sus acciones delincuenciales en los dos últimos meses de su gobierno. El mandatario agrega que con la escalada de terror los pandilleros quieren “utilizar la amenaza para chantajear al gobierno entrante de que debe de negociar con ellos como único camino para detener la violencia”.
Bukele, que asumirá el poder el 1 de junio, es un empresario de 37 años que fue electo el 3 de febrero al frente de la derechista Gran Alianza para la Unidad Nacional (GANA) para el periodo 2019-2024 y puso así fin al bipartidismo que ha regido al país en los últimos 30 años.
Según Sánchez Cerén, las pandillas demandarían al nuevo gobierno: “aflojar las estrictas medidas de control penitenciario donde están recluidos los cabecillas de los grupos delincuenciales para poder recuperar los contactos directos e indirectos con sus estructuras; y además, disminuir la operatividad policial y militar en el territorio mediante las cueles se han debilitado sus estructuras de acción local y regional”.
“Sabemos que ya le han enviado su lista de peticiones al nuevo gobierno y su oferta de cesar la violencia a cambio de reducir el estricto control y la intensa persecución”, agrega el mandatario en el comunicado de prensa.
The Associated Press trató de hablar con el presidente electo, pero en su oficina dijeron que estaba en una reunión con varios diplomáticos extranjeros y que no estaba enterado de las afirmaciones del Sánchez Cerén.
En 2012, cuando gobernaba el expresidente Mauricio Funes, los líderes de la Mara Salvatrucha MS13 y Barrio 18 hicieron un pacto para disminuir la cifra de muertes por violencia porque en esa época se registraban al menos 14 fallecimientos al día. Para facilitar el acuerdo y ayudar a que los cabecillas de las pandillas pudieran comunicarse con sus estructuras en las calles, las autoridades tomaron una decisión polémica: los sacaron del penal de máxima seguridad conocido como Zacatraz y los enviaron a otras cárceles de mediana seguridad en las que se asegura que gozaron de todas las facilidades para seguir operando.
Con la tregua los homicidios se redujeron hasta cinco por día, pero las cifras volvieron a elevarse cuando ésta se rompió en septiembre de 2013 tras la remoción del entonces ministro de Seguridad Pública, David Munguía Payés por orden de la Corte Suprema de Justicia y luego de que las nuevas autoridades retiraran una serie de beneficios para los pandilleros presos.
Al denunciar la supuesta maniobra de las pandillas para negociar con el nuevo gobierno, Sánchez Cerén dijo que ha girado “instrucciones precisas para enfrentar esta ola de accionar delincuencial, el incremento de la operatividad policial y militar en todo el territorio”.
En El Salvador, considerado uno de los países más violentos del mundo, las pandillas establecidas en barrios y comunidades populosas están integradas por más de 67.000 jóvenes y adultos. Sus principales cabecillas están aislados en una cárcel de máxima seguridad.