Pandillas recrudecen la violencia en El Salvador
SAN SALVADOR (AP) — La muerte violenta de dos policías y tres militares, y la explosión de un coche bomba que dejó dos policías lesionados marca una nueva escalada de violencia de las pandillas salvadoreñas, responsables de la mayoría de crímenes que se cometen en este pequeño país centroamericano.
Luego de un fin de semana violento, el lunes presuntos pandilleros detonaron un coche bomba cuando un oficial y un agente de la Policía Nacional Civil (PNC) inspeccionaban en automóvil abandonado en una cancha de fútbol en la periferia este de la capital, y en el que se sospechaba habían una persona muerte.
En el interior del automóvil los criminales dejaron un bulto cubierto con mantas que aparentaba tratarse de una persona, pero que en realidad era un maniquí con el que llamaron la atención de los policías, que creyeron que se trataba de una nueva víctima. Por seguridad, las identidades de los policías no fueron proporcionadas.
Un hecho como éste no es nuevo en el país. En febrero 2018, dos miembros del Cuerpo de Agentes Metropolitanos de Santa Tecla, resultaron lesionados tras explotar un automóvil abandonado sobre la carretera al Puerto La Libertad. Se determinó que el automóvil tenía explosivos artesanales.
Entre sábado y domingo, presuntos pandilleros asesinaron a dos policías y tres militares de diferentes puntos del país cuando estos gozaban de sus días de descanso y el director de la Policía, comisionado Howard Cotto, aseguró que se trató de ataques planificados.
“Hemos logrado identificar a un grupo aproximado de diez sujetos que a nivel nacional están organizando esta oleada por parte de la pandilla MS (Mara Salvatrucha MS 13). De hecho, ya detuvimos a dos”, dijo Cotto a los periodistas.
Por su parte, el jefe de la subdelegación de San Miguel, a 135 kilómetros de la capital, Carlos Villalobos, dijo a periodistas que en las últimas semanas los pandilleros “han amenazado a gente de la fuerza armada y a otros pandilleros por la depuración interna que mantienen, y ahora se presentan amenazas de muerte contra policías”.
Entretanto, la fuerza armada condenó en un comunicado de prensa los asesinatos y advirtió que “este tipo de acciones no incidirán en su compromiso ante la sociedad salvadoreña de continuar apoyando a la PNC en tareas de seguridad”.
Lo anterior "es una respuesta una respuesta del crimen organizado y de las pandillas ante los recientes operativos de la Fiscalía General de la República y la Policía Nacional Civil que han golpeado las estructuras criminales y han golpeado nuevamente el corazón de las finanzas de ciertas estructuras, principalmente de la MS 13”, afirmó a la AP el criminólogo experto en pandillas, Ricardo Sosa.
Sostuvo que los recientes ataques a los policías y militares “no puede tratarse de un golpe al azar; es un plan estructurado para hacerse sentir y demostrar el poder que tiene ellos dentro del enfoque criminal”. Agregó que también le están enviando un mensaje al nuevo gobierno, que asumirá el poder el 1 de junio. “Ellos tiene el control de ciertos sectores del país y están esperando cuál será su reacción entre el crimen organizado y las pandillas”.
Según estadísticas de las autoridades de Seguridad Pública, en lo que va del año las pandillas han asesinado a 15 policías y 10 militares, la mayoría cuando gozaban de licencia. También se han registrado 1.028 homicidios, 215 menos que en el mismo periodo de 2018, con un promedio anual de 8,7% muertes violentas por día.
En El Salvador, considerado uno de los países más violentos del mundo, las pandillas establecidas en barrios y comunidades populosas están integradas por más de 67.000 jóvenes y adultos, mientras que más de 15.000 están en las cárceles. Según las autoridades están involucrados en la mayoría de los crímenes que se cometen en el país.