Texas: Amplían toma de datos biométricos a migrantes menores
HOUSTON (AP) — Las autoridades fronterizas estadounidenses afirman haber ampliado la toma de datos biométricos de los migrantes de 13 años o menos, como huellas dactilares, a pesar de las preocupaciones sobre privacidad y de la política gubernamental que restringe la información que se puede compilar de esos menores.
Un funcionario de la Patrulla Fronteriza dijo esta semana que la agencia ha comenzado un programa piloto para tomar datos biométricos de los menores con la autorización de los adultos que los acompañan, aunque no especificó en qué parte de la frontera se puso en marcha.
La Patrulla Fronteriza también efectúa un “programa piloto de prueba rápida de ADN”, dijo Anthony Porvaznik, agente jefe de la corporación en Yuma, Arizona, en una entrevista en video publicada por el periódico Epoch Times.
Portavoces de la Patrulla Fronteriza y del Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) no respondieron a varios mensajes que les dejó The Associated Press para que hicieran declaraciones sobre ambos programas.
La Patrulla Fronteriza afirma que el año pasado detuvo a alrededor de 3.100 adultos y niños que se hacían pasar como integrantes de familias en forma fraudulenta para que se les dejara en libertad con rapidez en lugar de enfrentar la detención o una veloz deportación.
El DHS también advirtió sobre lo que llama el “reciclamiento de niños”, casos en los que según las autoridades los menores a los que se permitió ingresar en Estados Unidos fueron llevados de nuevo de contrabando a América Central para que vinieran con otros adultos a fin de aparentar que son familia, una práctica que —afirman— es imposible detectar sin la toma de huellas dactilares y otros datos biométricos.
“Son chicos que son alquilados, por no tener una palabra mejor”, dijo Porvaznik.
Sin embargo, la Patrulla Fronteriza no ha dado a conocer el nombre de algún arrestado por “reciclamiento de niños” ni difundido información sobre cuántos de estos casos ha descubierto. Los activistas que apoyan a los inmigrantes se dicen preocupados de que los agentes, en nombre de combatir esta práctica, pudieran compilar información personal de los menores y utilizarla después contra los mismos.
“Por supuesto que existe el tráfico de menores”, dijo Karla Vargas, abogada del Texas Civil Rights Project (Proyecto de Derechos Civiles de Texas). Sin embargo, se pronunció en contra de que se ponga en marcha una política de “capturar a todos” porque podría mermar los derechos de las personas que buscan asilo legalmente.
En una mesa redonda con el presidente Donald Trump en febrero, un funcionario de la Patrulla Fronteriza describió un caso que derivó en ocho acusaciones formales en Carolina del Sur, incluida una guatemalteca que dijo había “reciclado” menores en 13 ocasiones a cambio de un pago de 1.500 dólares por niño. La fiscalía general de Carolina del Sur dijo a la AP esta semana que ese caso fue cerrado al público y declinó hacer declaraciones sobre el asunto.
El número de cruces fronterizos sin autorización se han incrementado este año y el de familias que lo han hecho por puntos distintos a los de acceso legal ha alcanzado niveles históricos cada mes. La mayoría provienen de Guatemala, El Salvador, y Honduras, y muchos adultos y menores que cruzan la frontera buscan asilo.
La Patrulla Fronteriza ha advertido que el cupo de sus instalaciones se ha visto rebasado y que no tiene personal ni recursos para detener migrantes. La Patrulla Fronteriza abrirá en fecha próxima dos instalaciones con tiendas de campaña en la zona fronteriza de Texas para procesamiento y detención, y las agencias de inmigración están dejando en libertad a familias antes de un día o dos para abrir espacio para detención.
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Los periodistas de The Associated Press, Cedar Attanasio, en El Paso, Texas, y Colleen Long, en Washington, contribuyeron a este despacho.