Koepka y DeChambeau comparten la cima en el Masters
AUGUSTA, Georgia, EE.UU. (AP) — No hubo necesidad de esperar al domingo para que el Masters se pusiera emocionante. Brooks Koepka, Bryson DeChambeau y Phil Mickelson brindaron dos horas electrizantes que pusieron fin a la ronda del jueves en el Augusta National.
Koepka, quien ha ganado dos de los últimos tres majors, consiguió cuatro birdies consecutivos a la mitad de los últimos nueve hoyos, al adaptarse mejor a un césped blando.
DeChambeau se quedó a unos centímetros de embocar dos tiros sensacionales durante los últimos tres hoyos, y cerró con cuatro birdies en fila.
Ambos terminaron con sendas tarjetas de 66 golpes, seis debajo del par, y tomaron una ventaja de un impacto sobre Mickelson, de 48 años, quien dio también un tremendo espectáculo.
Mickelson comenzó el recorrido por los últimos nueve hoyos con disparos que enviaron la pelota a los pinos y al agua. Pero logró cuatro birdies en los cinco hoyos siguientes, incluido un disparo de salida en el 16, par 3, que se quedó a un palmo de entrar.
DeChambeau cree que hay una explicación científica para todas las emociones vividas en la primera jornada.
“Absolutamente, hay energía, y eso, según la ciencia, es algo que incide”, comentó DeChambeau, quien suele buscar respuestas científicas para todo. “Es grandioso tener impulso, un gran ambiente. Todo esto te impulsa, genera flujo de adrenalina... Creo que eso es en parte lo que ocurrió hoy”.
Tiger Woods fue ajeno a toda esa acción. Jugó en el comienzo de la ronda y firmó un marcador de 70. Fue un comienzo sólido del astro en su intento por cortar una sequía de 11 años sin un major.
Woods llegó a figurar en la punta de la tabla, hasta que incurrió en un bogey, cerca del final.
“He tenido este marcador y he ganado cuatro sacos verdes”, indicó Woods. “Así que ojalá pueda lograrlo de nuevo”.
La realidad es que Woods incurrió en un cálculo erróneo, a su favor. La última vez que se ciñó la chaqueta verde fue en 2005, cuando comenzó con una ronda de 74 impactos.
Así que sin duda puede remontar. La meta en la primera ronda del Masters suele consistir en no rezagarse demasiado.
Pero Koepka, DeChambeau y Mickelson jugaron como en un domingo por la tarde.
El floridano Koepka puso en marcha el espectáculo, para ratificar su reputación de golfista que muestra su mejor nivel en los majors. Atinó un putt de 20 pies para birdie desde detrás del green del 12. Luego vino la respuesta del californiano Dechambeau.
Mickelson entregó una tarjeta de 67, su mejor comienzo desde 2010, cuando ganó su tercer saco verde.
“Después de los bogeys en el 10 y el 11 parecía que perdería el impulso. Ocurrió lo contrario. Me alentó saber que logré bogeys que debieron y pudieron ser dobles bogeys”, relató el veterano de San Diego. “Y entonces, cuando llegué a los hoyos en los que podía hacer birdie, lo aproveché con algunos buenos disparos”.
Rory McIlroy, quien busca el cetro que le falta para completar el Grand Slam en su carrera, comenzó con una jornada de 73, que incluyó seis bogeys.
“Hice cinco birdies, ése no fue el problema”, aclaró el norirlandés. “Simplemente cometí demasiados errores”.
El argentino Emiliano Grillo fue el latinoamericano mejor ubicado. Completó su recorrido en 72 golpes, para quedar igualado en par.