Ante aumento de migrantes, EEUU los libera más rápido

Ante aumento de migrantes, EEUU los libera más rápido
Inmigrantes de Centroamérica en busca de asilo suben a un autobús el martes 2 de abril de 2019 en el centro de San Antonio. (AP Foto/Eric Gay)

EL PASO, Texas, EE.UU. (AP) El aumento en el número de familias de migrantes que llegan a la frontera sur ha orillado al gobierno del presidente Donald Trump a ampliar una práctica que el mismo mandatario había criticado.

Dada la saturación de los centros de detención y procesamiento de migrantes, el gobierno está llevando a la gente a cientos de kilómetros (millas) al interior del país y los libera en estaciones de camiones Greyhound e iglesias en ciudades como Albuquerque, San Antonio y Phoenix porque las comunidades cerca de la frontera ya están saturadas.

Las organizaciones de ayuda humanitaria en algunas ciudades pasan problemas para alimentar y albergar a los migrantes, y advierten que podría presentarse una crisis de salud pública.

Le pedimos a los médicos y enfermeros voluntarios, y a miembros de la comunidad, que den un paso al frente y hagan lo que debería de estar haciendo el gobierno. Si esto fuera un huracán, la FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) ya estaría en tierra ayudando, dijo Jim Gannon, director general y ejecutivo de Caridades Católicas de Albuquerque, Nuevo México.

Durante muchos años, las familias que llegaban a la frontera solían ser liberadas inmediatamente y se les permitía quedarse en el país con parientes o amigos mientras sus casos se resolvían en un tribunal, un proceso que con frecuencia demora años.

Trump ha criticado la práctica y en noviembre tuiteó que acabaría con ella: Captura y Libera es un término obsoleto. Ahora es Captura y Detén. Los inmigrantes ilegales que intenten llegar a Estados Unidos, con frecuencia ondeando orgullosamente la bandera de su país mientras piden asilo a Estados Unidos, serán detenidos o regresados.

Pero en los últimos meses, el número de familias que cruzan a Estados Unidos ha subido a niveles históricos, llevando al sistema al punto del colapso. Como resultado, el gobierno libera más rápido a las familias, en mayores cantidades y en puntos más alejados de la frontera.

Desde el 21 de diciembre, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) ha liberado a más de 125.000 personas que llegaron en familia a Estados Unidos.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) también está saturada y, en lugar de detener a las familias hasta por 72 horas antes de entregarlas al ICE, comenzó a liberarlas directamente en territorio estadounidense.

Actualmente los números son abrumadores, dijo Gregory Archambault, director de operaciones de control y traslados del ICE en San Diego. Todos están abrumados por estas enormes cantidades de personas.

El ICE ha estado liberando tan rápido a las familias que solicitan asilo que ni siquiera tiene tiempo para hacer planes de viaje. A las familias se les da una fecha para comparecer ante la corte, al jefe de familia a menudo porta una tobillera de localización y son dejados en albergues dirigidos por beneficencias o en estaciones de autobús.

En días recientes, San Antonio recibió parte de ese aluvión y la ciudad se vio obligada a abrir un centro de ayuda con alimento para migrantes.

En El Paso, donde los albergues y las iglesias están llenos y los asientos disponibles en autobuses que salen de la ciudad son cada vez más escasos, las autoridades recurrieron a detener brevemente a los migrantes en un corral hecho con alambre de púas bajo la sombra de un puente que conecta a la ciudad con Ciudad Juárez, México. Cerraron la zona improvisada el fin de semana y llevaron a los migrantes a un lugar más adecuado.

Pasamos cuatro días bajo el puente, durmiendo sobre las piedras, dijo Eliseo Santiago, un guatemalteco de 37 años.

Nos trataron como animales, dijo Herling Jerlyn, una adolescente guatemalteca.

En Albuquerque, a unos 450 kilómetros (280 millas) de la frontera, organizaciones religiosas han ayudado a aproximadamente 1.000 migrantes desde mediados de febrero. En un principio, los grupos eran pequeños, pero han ido creciendo y las llegadas se han vuelto más frecuentes.

El condado San Diego reabrió recientemente un tribunal clausurado en el centro de la ciudad que estaba programado para ser demolido, con el objetivo de albergar hasta a 150 solicitantes de asilo. Una coalición de grupos cívicos y religiosos que dirige el albergue dijo que ha ayudado a más de 11.000 miembros de familias que buscan asilo desde que las autoridades comenzaron con las liberaciones a gran escala a finales de octubre.

En los últimos tres meses, unos 22.000 inmigrantes han sido liberados en Arizona. En el área de Phoenix, las organizaciones no lucrativas e iglesias que los reciben sólo tienen cupo para 700 personas a la semana, dijo Connie Phillips, presidenta y directora general de los Servicios Sociales Luteranos en el Suroeste.

Eso significa que las autoridades migratorias tienen que dejar camiones llenos de familias en lugares que no están designados para recibirlas, como la estación de autobuses de Phoenix.

La compañía de autobuses ya no permite que personas sin boleto esperen en el interior, así que las familias inmigrantes, incluso niños pequeños, tienen que esperar afuera hasta que un voluntario los ponga en contacto con algún pariente para que les compre un pasaje. Eso puede tomar horas.

El gobierno federal dice, Esto no es nuestra responsabilidad, dice Phillips. Y las ciudades y estados no han dado un paso adelante para ofrecer algún tipo de financiamiento de emergencia.

Esto será un desastre de salud pública. Estos son niños pequeños, son familias, son bebés, no podemos simplemente tener a la gente afuera en el calor, agregó.

Las autoridades dijeron que las llegadas de las familias por la frontera sur alcanzaron su máximo histórico en febrero a 45.827 arrestos o negaciones de entrada.

Durante años y años, no teníamos a grupos de familias como los tenemos ahora, dijo Archambault del ICE. Nuestras instalaciones no están hechas para esto. Tenemos pañales, fórmula lácteas y todo este tipo de cosas, como una guardería.

En otra muestra de que las autoridades estadounidenses están siendo puestas a prueba como pocas veces antes, las cifras publicados el martes muestran una fuerte caída en los juicios por entradas ilegales, incluso cuando el número de arrestos ha incrementado drásticamente. Las cifras contradicen las promesas de Trump de enjuiciar a todos los que entren al país sin autorización.

En febrero, la CBP refirió 8.998 casos de entradas ilegales a las fiscalías en la región fronteriza, una caída de 12% en enero y de 23% en octubre, según el Transactional Records Access Clearinghouse de la Universidad de Syracuse.

Los arrestos adultos solos por parte de la Patrulla Fronteriza van en dirección opuesta: 23.451 en febrero, 26% más que en enero y 7% más que en octubre.

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Galvan reportó desde Phoenix. Los periodistas de Associated Press Elliot Spagat en San Diego; Nomaan Merchant en Houston; Colleen Long en Washington; y Susan Montoya Bryan en Albuquerque, Nuevo México, contribuyeron a este despacho.

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