Defecto de bolsa de aire Takata cobra otra vida en EEUU
DETROIT (AP) La muerte de un hombre de Arizona por la explosión del inflador de una bolsa de aire Takata aumentó la cifra de decesos por esa causa al menos a 24 a nivel mundial.
Armando V. Ortega, de 55 años y oriundo de Yuma, falleció el 11 de junio de 2018, tres días después de haber estado involucrado en un choque mientras conducía su auto Honda Civic modelo 2002 cerca de Phoenix, de acuerdo con el Departamento de Seguridad Pública de Arizona.
En un comunicado, Honda señaló que el conductor del Civic fue impactado por trozos de metal. El hombre falleció luego en un hospital.
La muerte, que no fue reportada a una agencia federal sino hasta este mes, es la 16ta en Estados Unidos causada por la activación de bolsas de aire, que pueden explotar con demasiada fuerza y arrojar trozos de metal contra conductores y pasajeros. Siete personas han muerto en Malasia y una más en Australia.
Más de 200 personas también han resultado heridas por los infladores, que han generado el mayor número de llamados a reparación de automóviles en la historia de Estados Unidos, involucrando la corrección de hasta 70 millones de infladores para finales del próximo año. Aproximadamente 100 millones de infladores requieren ser reparados a nivel mundial.
"Este es un recordatorio muy serio sobre la grave naturaleza del llamado a reparación de la bolsa de aire Takata y sirve como un importante exhorto a actuar", indicó el viernes en un comunicado la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés). La agencia instó a los propietarios revisar si existe un llamado a reparación por medio de la revisión del número de identificación vehicular de 17 dígitos en el sitio de la NHTSA.
Takata usaba nitrato de amonio para crear la pequeña explosión que infla las bolsas. Pero se puede degradar debido a altas temperaturas y humedad, y explotar con demasiada fuerza, arrojando fragmentos de metal. Las muertes y avisos de reparación llevaron a Takata a la bancarrota y sus activos fueron adquiridos por una compañía propiedad de una firma de inversiones china.