Chile: condenan a Iglesia a indemnizar a víctimas de abuso
SANTIAGO DE CHILE (AP) Una corte chilena condenó el miércoles a la Iglesia Católica a pagar casi 450.000 dólares como indemnización a tres de las víctimas del exsacerdote Fernando Karadima, el más notorio cura pedófilo del país.
La Corte de Apelaciones de Santiago de Chile rechazó las excepciones de prescripción y de falta de vínculo de dependencia entre Fernando Karadima y el arzobispado de Santiago alegada por la defensa de la Iglesia, revocó una sentencia de primera instancia de marzo de 2017 en ese sentido y aceptó la demanda interpuesta por las tres víctimas de Karadima que han hecho público su caso --Juan Carlos Cruz, José Andrés Murillo y James Hamilton--, según el fallo judicial al que tuvo acceso The Associated Press.
Hoy el Estado de Chile deja constancia de que todas instituciones son garantes y deben proteger los derechos de los ciudadanos. Que nadie, por poderoso que sea, puede abusar y encubrir abusos sexuales de manera impune, leyó James Hamilton como parte de un comunicado conjunto de las tres víctimas.
El médico de profesión señaló que este era un hecho relevante no sólo por nosotros en particular, por los cientos o miles de víctimas de abusos por partes de sacerdotes y religiosos que han sufrido la falta de justicia, la revictimización, el abandono, la absoluta soledad, y la traición a su compromiso original de cuidado y acompañamiento.
El dictamen judicial declaró procedente la reparación por concepto de daño moral por unos 150.000 dólares que deberá pagar la Iglesia a cada uno de los demandantes.
La Iglesia aún puede apelar ante la Corte Suprema. Sin embargo, el Arzobispado de Santiago emitió un comunicado en el que manifestó su conformidad con el fallo y su confianza en que esta sentencia contribuya al proceso de reparación del dolor sufrido por las víctimas de Fernando Karadima.
La resolución atribuye responsabilidad a la institución por los errores que hemos reconocido desde un comienzo: la forma en que se tramitaron las denuncias presentadas por los demandantes, la inadecuada valoración de las mismas y la falta de acompañamiento a las víctimas, afirmó la institución.
El fallo establece de forma clara las responsabilidades de la Iglesia como institución, más allá de la figura de Karadima, al no hacer nada para proteger a las víctimas.
La negligencia en la investigación del abuso que se hizo desde las instancias oficiales de la Iglesia católica tuvo gran impacto sobre las víctimas cuando las autoridades institucionales descartaron la denuncia en lugar de considerar la posibilidad de examinar si tenía algún elemento de verdad, protegiendo con su inactividad a los abusadores... y descuidando por completo lo ocurrido a las víctimas del abuso, indicó el fallo.
La sentencia citó tanto al cardenal Francisco José Errázuriz, quien debe comparecer ante la fiscalía por acusaciones de encubrimiento este jueves, como al cardenal Ricardo Ezzati, antiguo arzobispo de Santiago y que fue removido de su puesto el sábado cuando el papa Francisco aceptó su renuncia tras verse envuelto en varios escándalos por encubrimiento de abusos sexuales. En el fallo se utilizó como prueba una carta de 2009 de Errázuriz dirigida al nuncio apostólico en la que se observa que estaba al tanto de los abusos.
Sin embargo, Ezzati negó en declaraciones este mismo miércoles a Radio Cooperativa que haya habido encubrimiento de abusos sexuales durante su periodo de arzobispado en la iglesia, alegando que se investigaron todos los casos que se presentaron.
El encubrimiento tanto de Errázuriz como de Ezzati ha sido señalado en muchas ocasiones por las víctimas de Karadima.
La justicia ha sido clarísima, ha dicho que hay encubrimiento, señaló Murillo --otra de las víctimas-- y se refirió al declive de fieles católicos en el país y a la crisis que ha desatado la cultura de encubrimiento de la Iglesia que obligó a los 34 obispos a dimitir en mayo pasado.
El fallo se produjo nueve años después de que salieran a la luz pública los abusos de Karadima, quien fue condenado a una vida de retiro, penitencia y oración en un juicio canónico, y finalmente expulsado de la Iglesia por el papa Francisco en septiembre.
La sentencia podría abrir el camino a muchas otras solicitudes de indemnización por parte de cientos de personas que han denunciado abusos sexuales o encubrimiento dentro de la Iglesia chilena.