Premio Alfaguara 2019: Amor, y mucho más, a golpe de Tinder
MADRID (AP) Si narrativa y realidad son vasos comunicantes en algunas parcelas literarias, Patricio Pron veía una brecha entre la novela realista en español y las distintas concepciones de la experiencia amorosa en este primer cuarto del siglo XXI. Con Mañana tendremos otros nombres, Premio Alfaguara 2019, el escritor argentino pretende atajar esa asignatura pendiente.
La obra se sumerge en las relaciones construidas a golpe de aplicaciones móviles para citas, al estilo de Tinder, y afectadas por los profundos cambios sociales, políticos y económicos que marcan nuestra era; un momento histórico en el cual hemos cedido la potestad de decidir algo tan relevante como nuestra pareja a un algoritmo del que nada sabemos, según Pron, y en el que no parece haber muchas certezas en torno a qué es una experiencia amorosa.
¿Qué es una relación de pareja? ¿Cuántas personas conforman una pareja? ¿Qué es el consentimiento? ¿Qué tipo de asimetrías son viables y cuáles no lo son?, indagó el autor el jueves en una entrevista con The Associated Press en Madrid. Todo esto se ha visto modificado en los últimos años debido a los procesos de desarraigos sociales o políticos en el mundo, incluyendo los países latinoamericanos.
La idea germen de Mañana tendremos otros nombres surgió en un viaje en metro. El novelista relató cómo, al levantar la vista de un libro que leía, la visión de personas sin conexión que, celular en mano, repetían el ritual de swipear o pasar perfiles en aplicaciones de citas le llevó a reflexionar sobre la banalidad con la que hoy uno elimina a personas de su vida.
Contamos con unas herramientas para acceder a otras personas incluso en el ámbito íntimo como nunca antes en la historia, señaló el escritor de 43 años. Y sin embargo, de acuerdo a las estadísticas, padecemos todos una enorme soledad.
Armado de datos estadísticos similares, y con la observación de experiencias propias y ajenas, Pron construye el relato sobre dos personajes anónimos, Ella y l, a los que despojó de lo superfluo de un nombre porque se erigen en arquetipos universales.
Arquitecta ella y escritor él, ambos viven el derrumbe de su relación en un Madrid contemporáneo atravesado por esos cambios tecnológicos, de precariedad laboral y económica. La ciudad que sirve de escenario se ve asimismo sometida a una profunda transformación.
Pron, afincado en la capital española desde hace más de una década, ha sido testigo de excepción de esa metamorfosis del entorno urbano. El castizo barrio de Malasaña donde vive es, como muchos otros centros de grandes ciudades, pasto de la especulación inmobiliaria y la adaptación a las exigencias de la industria turística.
La gentrificación me interesa no solo como proceso de reorganización económica del espacio sino también como fuerza de expulsión de los elementos más dinámicos y más creativos de la sociedad a sus márgenes, señaló Pron. ¿Qué sucede cuando una ciudad se convierte en mero decorado de la industria turística que vende un producto que se aleja considerablemente de la realidad?
El escritor intercala preguntas en sus respuestas, porque así es como dice que también ve su propia obra, como un ejercicio de reflexión: novelas que cuestionan e inducen a pensar. En el caso de Mañana tendremos otros nombres, señaló, ese debate aborda la fragilidad y la falta de certeza que presiden este momento histórico, sobre todo en la relación a la experiencia amorosa.
Un amor, o su ausencia, que según Pron son también productos comercializados cuya experiencia llevan a los protagonistas a cuestionar su propia identidad. En ese afán de poner fin a su soledad y desolación, dice el autor, se dan cuenta de que no pueden hacerlo sin pensar en quiénes son y en qué se han convertido.
Nacido en Rosario, Argentina, Pron había publicado relatos cortos y una decena de novelas que han sido traducidas a otros tantos idiomas. Ha vivido, entre otros países, en Alemania, y escribe en varios idiomas, algo de lo que también se nutre la pluma del novelista.
Mañana tendremos otros nombres está disponible en librerías de España desde el jueves y según Alfaguara llegará a Chile, Colombia, México y Uruguay antes de final de mes, a Argentina en abril, Estados Unidos en mayo y Perú en julio, seguido por otros países.
El Premio Alfaguara de novela, que entrega el sello que luego publica al ganador, está dotado con 175.000 dólares (154.000 euros) y una escultura de Martín Chirino. El galardón también permite al autor embarcarse en una gira de casi seis meses para promocionar la obra en América Latina, algo que Pron dice ver como oportunidad para ver a viejos y nuevos amigos.
El jurado, presidido por el escritor español Juan José Millas, eligió su novela por unanimidad entre 767 manuscritos y destacó la fascinante autopsia de una ruptura amorosa que va más allá del amor: es el mapeo sentimental de una sociedad neurótica donde las relaciones son productos de consumo.
Una novela criminal, del mexicano Jorge Volpi, ganó la edición del pasado año y ha sido adaptada para radio y próximamente lo será para televisión. Otros galardonados recientes son el español Ray Loriga y la chilena Carla Guelfenbein.