Trump deja atrás una mala semana y entusiasma a la derecha
OXON HILL, Maryland, EE.UU. (AP) En un discurso lleno de fanfarronerías y quejas, el presidente Donald Trump tachó el sábado a los demócratas de ser un partido de pesadilla socialista, presumió las muchedumbres que atrae desde su toma de posesión y calificó de enfermos, lunáticos y sucios a sus enemigos políticos, lo que le otorgó la adoración pura de los conservadores.
Después de una semana llena de albortos y retrocesos, Trump pronunció un discurso que duró más de dos horas, el cual apenas lo dejó sin aliento.
Trump arremetió contra los demócratas de la Cámara de Representantes, quienes están ampliando las investigaciones sobre el mandatario, aseguró que ganaría la reelección en 2020 por un margen mayor al de su victoria en 2016 y se burló de sus posibles contrincantes para ocupar el cargo en la Casa Blanca.
También se quejó de que a menudo no recibe el crédito por sus logros mientras se desviaba orgullosamente del guion en la Conferencia de Acción Política Conservadora.
Sus comentarios coronaron una semana en que su cumbre nuclear con el líder de Corea del Norte fracasó sin un acuerdo y su exabogado personal dio un testimonio perjudicial ante el Congreso sobre el carácter del mandatario y sus prácticas de negocios. Además, el Congreso bloqueó su declaración de emergencia nacional, con la que Trump pretendía obtener el financiamiento para su muro fronterizo que los legisladores le han negado.
Sobre el escenario, Trump se mostró como alguien orgulloso y a ratos profano mientras se quejaba de que sus enemigos políticos tratan de sacarme con sandeces. El presidente recurrió a sus antiguas críticas contra su exsecretario de Justicia, burlándose del acento sureño de Jeff Sessions.
También criticó al New Green Deal o como sea que lo llamen _una propuesta sobre cambio climático presentada por algunos demócratas que Trump ha exhibido como un socialismo progresivo.
Le tomó más de una hora llegar al mensaje que los republicanos y los miembros de su gobierno han divulgado en las últimas semanas a medida que califican las ideas de la política demócrata como socialistas.
Estados Unidos nunca será un país socialista, aseveró. El socialismo no se trata del medio ambiente, tampoco sobre la justicia, no se trata de la virtud. Es sobre el poder para la clase dominante.
Para cada línea previamente elaborada como esa, hubo varias improvisaciones del presidente sobre política y personalidad.
Así es como fui elegido, por no aferrarme al guion, subrayó Trump ante una multitud eufórica.
El presidente se deleitó en fustigar el nuevo acuerdo de los demócratas, el Green New Deal, que fue presentado por algunos demócratas liberales del Congreso y respaldado en distintos niveles por varios de los candidatos del partido rumbo a las elecciones presidenciales de 2020.
"Creo que el New Green Deal o como quiera que lo llamen _el Green New Deal_ lo recomiendo", aseguró Trump en tono burlón mientras terminaba con una serie de exageraciones. "Creo que es algo que ellos deberían promover. Deberían trabajar duro en ello... Que no haya aviones, que no haya energía. Cuando el viento deje de soplar se acabará la electricidad. 'Hay que apurarnos mi amor ¿Habrá viento hoy? Me gustaría ver la televisión, cariño'".
Trump continuó regodeándose de su victoria en 2016 y de las muchedumbres que asistieron a sus eventos. Mencionó que pocas personas le dieron una oportunidad para ganar.
Pienso que nos irá aún mejor en 2020, destacó el mandatario. Creo que vamos a observar números que no hemos visto en mucho tiempo.
Cuando hizo su pronóstico para un segundo mandato, los presentes respondieron con gritos de USA, USA, USA.
También recordó su toma de posesión, afirmando que una enorme multitud quizá sin precedentes se presentó, contrario a lo que la cobertura fotográfica y de video mostró.
Declaró que como presidente estaba revirtiendo décadas de errores y traiciones por parte de sus predecesores.
Estas son traiciones muy graves a nuestra nación y a todo lo que defendemos, indicó. Fue cometido por la fallida clase dirigente que enriqueció a otros países a costa nuestra. No era Estados Unidos primero. En muchos casos fue Estados Unidos al último.