Perú: lluvias dejan 10 muertos, seguirán en el norte
LIMA (AP) — El presidente peruano Martín Vizcarra informó el lunes que 10 personas murieron la última semana en los Andes del sur a consecuencia de las intensas lluvias y añadió que las precipitaciones continuarán en el norte del país.
“Las lluvias que ha habido en (las regiones sureñas de) Tacna y Moquegua solo son comparables con las de 1967, es decir, de hace 50 años”, dijo el mandatario citando datos de las agencias meteorológicas desde el cuartel general de la Defensa Civil en Lima. Destacó que las precipitaciones han provocado también la destrucción de casas, carreteras, puentes, centros de salud y puestos policiales. Según datos oficiales se han contabilizado unos 8.000 afectados al momento.
Imágenes grabadas por pobladores y reproducidas por televisoras locales mostraron aludes de barro y rocas que destruyeron innumerables viviendas. En el caso de un pueblo llamado Mirave, en la región de Tacna, las avalanchas arrasaron con casi todo el pueblo de más de 1.000 habitantes que se salvaron de morir tras dirigirse a varias colinas cercanas.
Vizcarra dijo que las lluvias van a continuar “por algunos días más en el sur y después habrá un traslado al centro y hacia el norte” pero con menor intensidad que las acontecidas en 2017 durante el fenómeno climático llamado El Niño Costero, caracterizado por el aumento de la temperatura marina, fuertes lluvias y desbordes de ríos. Indicó que durante la jornada se enviarán 500 toneladas de ayuda en un buque carguero de la Armada que partirá desde el puerto El Callao.
El mandatario relató que la indebida ubicación de viviendas en zonas por donde discurren históricamente aludes de barro y piedras han provocado los desastres en el sur peruano. El gobierno declaró en emergencia decenas de distritos en cinco regiones del centro y sur del país para poder agilizar el suministro de dinero a las autoridades locales en las acciones de prevención y remediación de los daños.
En 2017 El Niño Costero produjo abundantes lluvias durante los primeros meses del año y sus efectos provocaron aludes y desbordes de ríos que destruyeron 2.530 kilómetros de carreteras y dejaron más de 200.000 casas dañadas.