Portugal y otros países sufrirían con Brexit
BARCELOS, Portugal (AP) — Para los más de 120 empleados de la fábrica de ropa Pedrosa & Rodriguez lo que suceda en un país a 2.000 kilómetros (1.200 millas) de distancia puede comprometer su subsistencia.
Las ventas a Gran Bretaña representan la mitad de los ingresos de 14 millones de euros (16 millones de dólares) que genera anualmente este negocio de familia en el noroeste de Portugal. Pero la próxima salida de Gran Bretaña de la Unión Europea podría hacer que la etiqueta de “Hecho en Portugal” pierda atractivo cuando vuelvan a erigirse las fronteras entre Gran Bretaña y los demás 27 países del bloque.
“En el peor de los casos, podríamos perder 7 millones de euros” por año, expresó Ana Pedrosa Rodriguez, encargada de las relaciones con los clientes. “Sería algo muy preocupante”.
Empresas como Pedrosa & Rodrigues temen ser de las más perjudicadas por la salida de Gran Bretaña del mercado único de la UE, que garantiza que no habrá tarifas al comercio y el libre movimiento de productos, trabajadores y dinero. A medida que se empiecen a hacer sentir los ajustes derivados de Brexit, países pequeños como Portugal podrían enfrentar penurias económicas, aunque la magnitud del impacto todavía no está del todo clara ya que restan por resolverse muchos aspectos del divorcio entre británicos y la UE.
Pero hay algunos pronósticos sombríos. El gobierno portugués dice que Brexit podría eliminar hasta el 26% de las exportaciones de bienes y servicios de Portugal y reducir en un punto de porcentaje el PBI del país.
La Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo, que asesora a las economías de países desarrollados, calcula que si Gran Bretaña deja la UE sin un acuerdo con nuevos términos comerciales, podría reducir el PBI de le UE un punto de porcentaje para el 2020. Eso es más de la mitad del crecimiento económico actual. Y podría ser tres veces peor para Gran Bretaña, de acuerdo con la OCED.
La OECD hace notar que algunos países, sectores y empresas van a verse más afectados que otros.
Un informe del año pasado del Comité de Regiones Europeas, organismo asesor de la UE, identificó a Irlanda como la principal víctima de Brexit por su proximidad geográfica y sus tradicionales lazos comerciales.
Algunas regiones alemanas, como Stuttgart, que dependen de las exportaciones de automóviles a Gran Bretaña, también podrían sentir el impacto. Lo mismo que empresas de productos químicos y de plásticos de Bélgica y Holanda.
En Portugal, que tiene estrechos lazos comerciales con Gran Bretaña desde el Tratado de Windsor de 1386, el sector textil es uno de los más expuestos. Se encuentra en una de las regiones más pobres de Portugal y de Europa occidental.
Las empresas textiles ya están sufriendo las consecuencias de una inminente partida de Gran Bretaña. Sus exportaciones bajaron un 3% desde el referendo del 2016 en que se decidió la ruptura, de acuerdo con Paulo Vaz, director general de la Asociación Textil y de Indumentarias de Portugal, que representa a unas 500 empresas de ese sector.
Eso lo atribuye a la debilidad de la libra, que hace que las compras a países como Portugal que usan el euro resulten más costosas y advierte que el gasto del consumidor británico en el futuro es incierto.
El de Gran Bretaña “es nuestro cuarto mercado más grande, de unos 450 millones de euros (516 millones de dólares) anuales y estaba creciendo. Por eso podemos ser tan afectados”, manifestó Vaz.
Hay algunas empresas cuya subsistencia depende del mercado británico.
La fábrica de Pedrosa & Rodriguez se encuentra en unas pasturas en las afueras de una pequeña ciudad del cinturón industrial de Portugal, donde las empresas textiles son un pilar de la economía y generan unos 130.000 empleos.
En su interior, lleno de máquinas de coser de alta tecnología, Ana Pedrosa Rodrigues recuerda cuando de niña se sentaba en ellas en el garage donde sus padres fundaron la compañía en 1982, con cinco empleados.
Ana y sus dos hermanos mayores trabajan hoy en la empresa. El personal incluye maridos y esposas, padres e hijos, hermanos y hermanas. Es normal que en esta región varias generaciones de una familia trabajen para la misma firma. Casi todos los empleados viven en el pueblo. La mayoría llevan trabajando un promedio de 19 años para su empresa y muchos de ellos viven lo suficientemente cerca como para ir caminando de casa al trabajo.
Pedrosa & Rodrigues creció ofreciendo marcas “lujosas accesibles” a algunas de las firmas de indumentarias más conocidas de Gran Bretaña, como las camisas ME+EM que se venden en Selfridge de Londres y la ropa de Wimbledon que se consigue en el All England Club. Irónicamante, también surte a L.K. Bennett, ropa que a veces usa la primera ministra Theresa May, artífice del Brexit.
Una disminución en las ventas inevitablemente generará la pérdida de empleos y no solo en Pedrosa & Rodriguez, de acuerdo con Ana Pedrosa Rodriguez.
“Tenemos una cadena de abastecimiento y nuestras pérdidas repercutirán en nuestros proveedores”, manifestó. También las sentirán los productores de telas, las empresas de tinturas, las impresoras y las empresas de bordados. La mayoría de ellas son vecinas. “Nadie se librará del impacto”.