Crisis en gobierno de Virginia por racismo y agresión sexual
RICHMOND, Virginia, EE.UU. (AP) — La crisis política en Virginia se salió de control el miércoles después de que el procurador estatal confesara haberse pintado el rostro de negro en la década de 1980 y de que una mujer lanzara acusaciones detalladas de agresión sexual contra el vicegobernador.
Justo cuando la carrera del gobernador Ralph Northam ya pende de un hilo debido a la publicación de una fotografía racista en el anuario de su escuela de medicina en 1984, los acontecimientos de la jornada podrían hacer caer a los tres principales funcionarios salidos de las urnas en Virginia, todos demócratas.
Los reveses comenzaron cuando el secretario de Justicia estatal, Mark Herring, reconoció en un comunicado que usó maquillaje y una peluca para tener aspecto de rapero negro durante una fiesta cuando tenía 19 años y estudiaba en la Universidad de Virginia.
Herring —que antes le había recomendado a Northam que renunciara y tenía intención de postularse para gobernador en 2021— ofreció sus disculpas por esta conducta “insensible” y señaló que en los próximos días “dejaré claro si puedo o debo continuar como servidor público”.
Herring, de 57 años, se sinceró frente a los rumores que comenzaron a circular en el Capitolio sobre la existencia de la fotografía de él con la cara pintada de negro, aunque no la mencionó en sus declaraciones del miércoles.
Horas después del anuncio de Herring, Vanessa Tyson, la mujer cuyas acusaciones de agresión sexual contra el vicegobernador Justin Fairfax salieron a la luz esta semana, difundió un documento detallado donde dice que el funcionario la obligó a hacerle sexo oral en la habitación de un hotel en 2004 durante la Convención Nacional Demócrata en Boston.
The Associated Press no acostumbra dar a conocer la identidad de aquellas personas que afirman haber sido víctimas de abuso sexual, pero Tyson emitió el comunicado a su nombre.
Tyson, una politóloga de 42 años que tiene una beca en la Universidad Stanford y se especializa en el discurso político en torno a la agresión sexual, dijo: “No tengo un móvil político. Soy orgullosamente demócrata”.
“El señor Fairfax intentó etiquetarme como una mentirosa ante una audiencia nacional, debido a sus ambiciones políticas, y amenazó con demandarme”, agregó. “Debido a la falsedad de sus afirmaciones, me veo obligada a aclarar lo sucedido”.
Fairfax, primero en la sucesión a la gobernación si Northam renuncia, ha refutado reiteradamente las acusaciones de la mujer, diciendo que el encuentro fue consensual y que él es víctima de una difamación política programada estratégicamente para este momento.
“En ningún momento ella me manifestó alguna incomodidad o preocupación por nuestras interacciones, ni durante ese encuentro, ni en los meses siguientes, cuando se mantuvo en contacto conmigo, ni en los últimos 15 años”, dijo Fairfax en un comunicado.
Tyson dijo haber sufrido una “profunda humillación y vergüenza” y se mantuvo en silencio en torno a las acusaciones mientras desarrollaba su carrera, pero a finales de 2017, cuando el movimiento #AmíTambién tomaba forma y vio después un artículo noticioso sobre la campaña de Fairfax, contó su historia al The Washington Post, que meses después decidió no publicarla.
La Organización Nacional para las Mujeres (NOW por sus siglas en inglés) pidió la renuncia inmediata de Fairfax, diciendo: “la historia de ella es escalofriante, convincente y le creemos”.
La cadena de escándalos, que comenzó el viernes pasado con la difusión de la fotografía del anuario, podría tener un efecto dominó en el gobierno estatal de Virginia: Si Northam y Fairfax caen, Herring sería el siguiente en la sucesión para convertirse en gobernador. Después de Herring sigue el republicano conservador Kirk Cox, presidente de la Cámara de Representantes.
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El periodista de The Associated Press Matthew Barakat colaboró con este reporte.