Paraguay sigue sin hallar los desaparecidos de la dictadura
ASUNCIÓN (AP) — Rogelio Goiburú lleva cuatro décadas buscando los restos de su padre Agustín, uno de los desaparecidos durante la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay.
El padre de Goiburú fue apresado en 1977 en Paraná, en la provincia argentina de Entre Ríos, en el marco del llamado Plan Cóndor, integrado por las dictaduras del Cono Sur para el intercambio de presos políticos e información sobre grupos de izquierda.
"Hace 12 años iniciamos las excavaciones en sitios de Asunción y del interior del país buscando a los que fueron ejecutados por la dictadura sólo por tener ideas diferentes", dijo Goiburú en una entrevista con The Associated Press.
El sábado se cumplen tres décadas del derrumbe de Stroessner, producto de un golpe militar que puso fin a un régimen que duró 35 años y ha sido señalado por violaciones a los derechos humanos en la nación sudamericana y la desaparición de más de medio millar de presos políticos que siguen sin ser encontrados.
"Encontrar a los torturados y asesinados en los centros ilegales de detención es la deuda de la democracia", dijo el sociólogo y analista José Amarilla a The Associated Press. “Se recuperaron las libertades de prensa, expresión y reunión, pero no existe voluntad para encontrar a los desaparecidos".
Además, agrega el experto, "se tropieza con la indiferencia de los jóvenes, quienes ven el tema de los desaparecidos como un asunto que interesa a sus abuelos".
La Dirección de Memoria y Reparación, dependiente del Ministerio de Justicia, a cargo de Goiburú, desenterró 37 esqueletos en los últimos cinco años en el patio trasero del cuartel de la policía antimotines en Asunción, donde funcionó un centro de detención ilegal. Sin embargo, de estos sólo cuatro fueron identificados: dos paraguayos, una italiana nacionalizada argentina y un argentino detenido en Uruguay en 1977.
La tarea estuvo a cargo del Equipo Argentino de Antropología Forense, que a su vez conserva las muestras de sangre entregadas por los familiares de unos 300 desaparecidos para que su ADN sea cotejado con futuros hallazgos.
En 2008, un informe final de la Comisión de la Verdad y Justicia que investigó las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, estableció que además de los más de 500 desaparecidos hubo 19.862 detenciones arbitrarias, 18.782 sufrieron torturas en dependencias policiales, 59 fueron ejecutados extrajudicialmente y 3.470 se exiliaron en países vecinos y de Europa.
Stroessner, quien falleció a los 93 años en Brasil en 2006, nunca fue enjuiciado por esos crímenes.
Judith Rolón, hija de Martín Rolón Centurión, desaparecido en abril de 1976, relató a la AP con tristeza que "todavía no podemos cerrar el duelo por papá porque no encontramos su cuerpo".
"En mi familia tenemos la esperanza de ubicar sus restos para que podamos terminar con esta situación de incertidumbre", agregó.
Antes de ser apresado, Rolón Centurión era un joven que apoyaba a los campesinos sin tierra que se habían organizado en la denominada Liga Agraria, con fines cooperativos, y que era percibida por la dictadura como una organización comunista. La Liga, como otras organizaciones sociales, fue brutalmente reprimida durante el régimen.
Mariano González tampoco descansará hasta hallar a su padre, Octavio González, quien en 1973 era un militante sindical.
"Los datos que tengo me indican que puede ser que esté en una fosa común en el patio trasero de la Agrupación Especializada (la policía antimotines), pero dependerá de recursos para seguir la búsqueda", dijo a la AP desde la ciudad San Ignacio, en el departamento paraguayo de Misiones, 260 kilómetros al sur de Asunción.
Para el analista político Alfredo Boccia existe en el presente "indolencia de una mayoría" política y ciudadana hacia la dictadura de Stroessner. "Entonces no hay fuerza para encontrar a los desaparecidos".
Boccia recordó que tras el fin del régimen el poder quedó en manos del Partido Colorado, que había sido el sostén político del dictador. "Los colorados como que no quisieran mirar atrás porque verían los crímenes de su partido, pero también debo poner énfasis en que no sólo los desaparecidos son una deuda de la democracia sino, además, la pobreza, las desigualdades sociales y la corrupción de funcionarios públicos", señaló.
Goiburú aseguró que el actual gobierno de Mario Abdo Benítez aún no les ha dado recursos para continuar en las tareas de búsqueda. Según explicó, los gobiernos previos de Juan Carlos Wasmosy (1993-1998), Fernando Lugo (2008-2012), Federico Franco (2012-2013) y Horacio Cartes (2013-2018) sí dieron respaldo financiero a la causa.
El actual mandatario, que asumió en agosto para un periodo de cinco años, es hijo de quien fuera secretario privado de Stroessner durante 25 años.
Al preguntarle si participará el sábado en algún acto de conmemoración de la caída del dictador, dijo que sólo irá a Ciudad del Este para intervenir en celebraciones por los 61 años de fundación de la urbe que, originalmente, fue bautizada como Puerto Presidente Stroessner.
El historiador Oscar Jacinto Flecha comentó que el actual jefe de Estado era un niño "durante la dictadura" y que por esa razón quizá no reconoce públicamente que con el derrocamiento "comenzó el actual sistema democrático".