Tras pedir solución en Venezuela, papa dice adiós a Panamá
PANAMÁ (AP) — El papa Francisco se despidió el domingo de suelo centroamericano pero antes imploró por una solución “justa” y “pacífica” a la crisis política en Venezuela después cerrar el mayor evento de la iglesia católica con la juventud del mundo en Panamá.
Como se esperaba, el primer papa latinoamericano de la historia utilizó la jornada para cuestionar el muro que impulsa el presidente Donald Trump en momentos en que otra caravana de migrantes centroamericanos partía rumbo al norte. Demandó a la sociedad y a la Iglesia no dar la espalda o estigmatizar a esas personas, que se ven obligadas a migrar por los problemas de pobreza y violencia en la región.
También intentó alentar a los jóvenes católicos y al clero tras su admisión de que buena parte de la fatiga de los religiosos y consagrados se deben a los propios pecados de la Iglesia.
Francisco no pudo retirarse sin hacer un pronunciamiento sobre la prolongada crisis política venezolana, que se atizó en los últimos días con manifestaciones y protestas mortíferas luego de que el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, se proclamara presidente interino cosechando respaldos en América Latina, Estados Unidos y Europa. El papa no dijo, empero, si reconocería al líder opositor enfrentado al gobernante socialista Nicolás Maduro.
“Aquí en Panamá he estado pensando mucho en el pueblo venezolano, al que me siento particularmente unido estos días”, leyó el papa, al visitar un albergue gestionado por la Iglesia católica para ayudar a enfermos con el virus del VIH y tras oficiar una misa ante 700.000 personas, con la que cerró la Jornada Mundial de la Juventud. Toda solución, según el papa, debe pasar por el respeto a los derechos humanos.
La crisis venezolana le estalló prácticamente en la cara al papa desde que llegó a Panamá el miércoles, ante lo cual su vocero dijo que de hecho el obispo de Roma seguía de cerca los acontecimientos. En las actividades masivas durante la jornada, nunca faltaron los peregrinos venezolanos con pancartas pidiendo oraciones por su país. A finales de 2016, el Vaticano intentó mediar entre el gobierno de Maduro y la oposición, que cuenta con el respaldo de muchos obispos venezolanos, pero sus intentos de conciliación se vieron frustrados.
“La crisis venezolana estaba muy palpable durante la visita papal a Panamá y ha sido fuente de frustración para el papa latinoamericano, pues sus esfuerzos diplomáticos no han tenido fruto en el país”, dijo a The Associated Press el profesor de estudios religiosos en la Virginia Commonwealth University, Andrew Chesnut.
En el terreno de lo eclesiástico, Chesnut dijo que Francisco dio un apasionado llamado a la evangelización y a la integración de la fe cristiana en la vida cotidiana de los jóvenes. Sin embargo, advierte el experto, “entre la baja asistencia de parte de los jóvenes y las cifras mostrando que la pérdida de fieles en América Latina ha continuado durante su pontificado, el impacto duradero de su visita no está claro”.
Aunque la asistencia a la jornada en Panamá palideció en relación con otras ediciones, el fervor y el sacrificio de muchos peregrinos fueron impresionantes. Miles acamparon durante la noche y se despertaron temprano el domingo para la gran misa en un campo donde el día anterior habían participado de una vigilia con el pontífice argentino.
“Es una de las experiencias más bellas de mi vida”, dijo la hondureña Carla Hernández, una estudiante de enfermería de 21 años. “Una noche en que compartimos, rezamos y disfrutamos las estrellas. El papa nos ha llenado de ilusiones”.
Francisco visitó durante esta jornada a reclusos del principal centro penitenciario de menores, pues el papa es del convencimiento de que estas personas también tienen dignidad humana y se les debe dar esperanzas. Cuestionó a los que ponen etiquetas, marginan o estigmatizan a los pecadores y presidiarios. El domingo, antes de tomar el avión, compartió con un grupo de enfermos con el VIH, adictos a las drogas y mendigos, grupos que según el papa no deben ser discriminados y que merecen toda la atención posible.
En esa visita, Francisco aprovechó para pronunciarse sobre Venezuela y también homenajeó a los 21 cadetes fallecidos por el atentado con coche bomba contra una academia policial en Bogotá el 17 de enero que se atribuyó la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN). El papa, que visitó Colombia en 2017 para unir al país tras la firma de la paz entre el gobierno y las ahora extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) --el grupo subversivo más grande de ese país--, oró para que los cadetes descansen en paz y para que toda Colombia pueda encontrar el sosiego. Denunció que los cadetes habían sido "asesinados" por "terroristas".
Previo a su retorno, el papa les pidió a los jóvenes que sigan caminando por la ruta de la fe. Celebró un encuentro en el principal estadio de fútbol de Panamá para agradecer a los algo más de 19.000 voluntarios de la jornada, a los que pidió que contagien a los demás con todo lo que han vivido estos días. Los chicos replicaron con el famoso coro: “¡Esta es la juventud del papa!”.
“Compartan la fe y no se olviden que no son el mañana, no son el mientras tanto, sino el ahora de Dios”, pidió el papa. “Les pido que no dejen enfriar lo que han vivido estos días, vuelvan a sus parroquias y comunidades... transmitan lo que han vivido para que otros puedan vibrar con esa fuerza y con esa ilusión concreta que ustedes tienen”.
La próxima jornada se realizará en Portugal en 2022.
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La corresponsal de The Associated Press en Panamá, Kathia Martínez, contribuyó en este reporte.