Artesano de sueños en la fiesta de la miniatura en Bolivia
La Paz, BOLIVIA (AP) — Apresurado, Ramiro Suxo pinta el cabello negro de Neymar, Messi y Cristiano Ronaldo para asegurarse de que sus figuras de yeso en miniatura lleguen a la feria anual de la Alasita, que se realiza en Bolivia, donde espera que las compren devotos que sueñan con ser como los astros de fútbol más famosos del mundo.
La feria de la Alasita, una palabra aymara que significa “cómprame”, tiene como protagonista al Ekeko, deidad de la abundancia cuyos creyentes afirman que cumple deseos. Para los antropólogos, el origen de esta festividad se remonta a creencias religiosas prehispánicas de antiguos pueblos de los Andes y se ha extendido al norte de Chile y el sur de Perú, donde hay población de origen aymara. La celebración es reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Este año las figuras de Suxo --que vende como alcancías-- están en medio de cerdos, elefantes y vacas en los puestos que reúnen a los devotos del Ekeko. Las manos de este artesano aymara han dado forma por más de 40 años a los sueños de los bolivianos con figuras que se han ido adecuando a los tiempos modernos y han dejado de hacer otras que eran una tradición.
“Antes la gente buscaba un buey con su vaquita y su arado porque significaba que tendrían progreso y abundancia en la cosecha. Ahora los jóvenes quieren ser como un Neymar, un Messi o prefieren las caritas de Whatsapp”, dijo a The Associated Press Suxo, de 54 años, desde su fábrica de sueños, un humilde taller en la ciudad de El Alto, vecina a La Paz. Suxo vive allí con su esposa y su hija, quienes le ayudan a terminar con el trabajo.
“Las alcancías son muy importantes porque son el lugar donde uno ahorra y ahí uno empieza a soñar con lo que hará con el dinero que junta”, dijo Estela Miranda, una profesora de 37 años que lleva en sus manos la figura de Messi y otra de un cerdito entre billetes minúsculos de dólares, euros o moneda boliviana. Miranda, como muchos bolivianos, compra los objetos diminutos y luego los lleva al Ekeko y los hacen bendecir en la iglesia católica.
Suxo asegura que le encanta su trabajo porque puede llevar sus obras a los hogares de los bolivianos.
Los rituales son parte importante de esta tradición. Además de comprar y bendecir objetos, se rocía al Ekeko con cerveza mientras el brujo le habla a la estatua en aymara.
Como Suxo, hay otros 4,000 artesanos que trabajan para la feria de la Alasita. Además hay más de 5,000 comerciantes y unos 500 brujos aymaras.