España: grupo de ultraderecha facilita gobierno conservador
MADRID (AP) — El partido de ultraderecha Vox dio un giro hacia la política de masas dejando atrás sus posiciones más extremas para facilitar la formación de un nuevo gobierno regional en Andalucía, en el sur de España.
Vox, que defiende posturas contrarias a la inmigración, el feminismo y euroescéptica, fue la llave para la alianza entre el conservador Partido Popular y la formación de centroderecha Ciudadanos que terminará con 36 años de hegemonía del Partido Socialista, de centroizquierda, en la región más poblada de España.
En un primer momento, Vox demandó la deportación de 52.000 migrantes en situación irregular y la retirada de la ley que protege a las mujeres de la violencia machista a cambio de que sus 12 parlamentarios respaldasen a la coalición conservadora en el parlamento andaluz, que tiene 109 diputados.
Pero el Partido Popular y Ciudadanos rechazaron esos términos, que no se incluyeron en el acuerdo anunciado el miércoles por la noche.
Fundado a finales de 2013, Vox obtuvo un resultado histórico en las elecciones regionales andaluzas de diciembre y se convirtió en el primer partido de ultraderecha que obtiene representación parlamentaria en España desde la transición de 1975, tras la dictadura de Francisco Franco. Pese a prestarle apoyo, sus representantes no entrarán en el ejecutivo andaluz.
El presidente del partido, Santiago Abascal, dijo en Twitter que “VOX consolida su éxito demostrando su utilidad para el cambio”.
La estrategia del partido es hacerse un hueco en la política nacional y en las elecciones europeas de marzo.
La situación en Andalucía sacudió el panorama político en la cuarta economía de la eurozona mientras los distintos partidos se preparan para unas nuevas elecciones generales que podrían celebrarse ya este año.
La pérdida del poder en la región sureña, que se consolidará en los próximos días con la votación para la investidura del candidato popular, supone un severo revés para los socialistas, que gobiernan el país en minoría.
El Partido Popular, por su parte, está asumiendo el riesgo de acercarse a la ultraderecha. Aunque rechazó las exigencias más radicales de Vox, el PP acordó mantener la legalidad de las corridas de toros pese a los llamados para su prohibición y accedió a no promover medidas que puedan animar a la inmigración ilegal.