Habitantes de ciudad en Rusia protestan por la contaminación
CHELYABINSK, Rusia (AP) — Los habitantes de Chelyabinsk expresaron su preocupación por la contaminación industrial después de que este mes una densa capa de humo envolvió esta ciudad ubicada en los Montes Urales y se quedó durante dos semanas.
El domingo, unos 700 manifestantes desafiaron temperaturas de -20 grados Celsius (-4 Fahrenheit) para exigir aire más limpio. Portaban carteles con mensajes como: “¡Queremos cielos limpios!” y “¡Dejen de envenenar a nuestros niños!”.
El poco viento condicionó que una densa capa de esmog, que los habitantes apodaron “el cielo negro”, se asentara en esta localidad de 1,2 millones de habitantes. La oficina de meteorología de Chelyabinsk reportó que el aire contaminado excedió los niveles considerados sanos antes de que el humo se disipara.
“La situación ecológica en la ciudad está empeorando y el gobierno no quiere adoptar las medidas para corregirlo”, dijo Artur Abuzarov, uno de los que participó en la marcha del domingo.
En otra manifestación más temprano, los participantes trataron sin éxito de ingresar a la oficina del alcalde. La situación no fue reportada por la prensa, que está controlada por el estado.
Los habitantes dijeron que el problema de la contaminación ha persistido durante años y temen que la calidad del aire empeore aún más si se abre una nueva empresa minera de cobre el próximo año, como está previsto.
“Nos estamos asfixiando, los niños están enfermos, la ecología está mal”, dijo Tatyana Pominova, otra manifestante. "Lo que está sucediendo en Chelyabinsk es una completa desgracia. Es imposible respirar y es imposible vivir".
Anastasia Zubareva, médica otorrinolaringóloga, atribuyó la gran cantidad de enfermedades en los niños a la contaminación, y señaló que sus pacientes se sienten mejor cuando se disipa el esmog. Y no son solo niños. Galina Gurina, de 58 años, atribuye sus dolores de cabeza crónicos y asma a las emisiones industriales.
Las autoridades locales han minimizado las protestas de la gente.
Vitaly Bezrukov, un funcionario en cuestiones ambientales, reconoció que las plantas termoeléctricas y otros sitios producen esporádicamente contaminantes en concentraciones que exceden los niveles permisibles. Pero asegura que no representan un peligro para las personas.