Chile no participará en negociaciones de ONU sobre migración
SANTIAGO DE CHILE (AP) — Chile no participará en las reuniones del Pacto de Migración de las Naciones Unidas a efectuarse esta semana en Marruecos, anunció el gobierno el domingo, e indicó que posteriormente establecerá su postura sobre este tema debido a que es incompatible con su actual política migratoria.
El gobierno participó activamente de las negociaciones de este pacto y coincide en que la migración es un fenómeno global que requiere de cooperación internacional. Sin embargo, “la última versión del instrumento refleja ciertos estándares internacionales que no son compatibles con nuestra política migratoria, pues no resguardan de manera adecuada los intereses de Chile en esta materia”, afirmó el ejecutivo en un comunicado.
Es por eso que “el gobierno ha decidido no participar en la reunión del día lunes y martes en Marrakech, a fin de poder, en la distancia que corresponde, que es con posterioridad, poder dejar claramente establecido cuáles son las diferencias objetivas que se tienen con este pacto migratorio”, señaló Rodrigo Ubilla, subsecretario del Interior.
Chile se sumaría así a una decena de países en el mundo que han mostrado sus reservas o se han opuesto abiertamente a este pacto, como Estados Unidos, Italia y Hungría, aunque no anuncia formalmente que no lo vaya a suscribir. En América Latina, por el momento sólo República Dominicana ha mostrado su rechazo.
Para el gobierno chileno algunas de las discrepancias giran en torno a la no diferenciación de los derechos y obligaciones de migrantes regulares e irregulares, y también con respecto a los beneficios a aquellos que abandonan su país por desastres naturales, lo que “pone en riesgo el carácter excepcional del refugio”, señaló.
Además el gobierno chileno también cree que el carácter vinculante del lenguaje del pacto “deja la puerta abierta para que actores internacionales interfieran en el diseño de la política migratoria nacional”, algo que pertenece a la esfera “soberana de cada Estado”, según afirmó en su declaración.
Ubilla afirmó que la “migración no es un derecho humano”, según lo citó el domingo la prensa local, y añadió que es el país el que tiene el derecho a fijar la forma en que ingresan los extranjeros.
El gobierno de Sebastián Piñera ha endurecido su política de migración con medidas criticadas por organismos defensores de los migrantes y de los derechos humanos, en las cuales se da preferencia a ciertas nacionalidades sobre otras, favoreciendo por ejemplo la llegada de venezolanos a través de la visa de responsabilidad democrática, y dificultando el arribo de haitianos, el cual ha disminuido significativamente desde la implementación de las nuevas políticas migratorias en abril de este año.
La oposición ya ha anunciado que pedirá explicaciones en el Congreso acerca de la no participación del país en las reuniones de Marruecos.
Por su parte, las organizaciones defensoras de los migrantes manifestaron su rechazo a la medida.
Con esta decisión “el gobierno de Chile decide revelar sus verdaderos enfoques en Derechos Humanos y en migración particularmente, contradiciendo los compromisos internacionales anteriores, sumándose así al grupo minoritario de quienes tienen las posiciones más retrógradas en la materia”, afirmó el domingo en un comunicado la Red Nacional de Organizaciones Migrantes y Promigrantes de Chile, que lamenta que este hecho se produzca la víspera de la conmemoración de los 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En la misma línea se manifestó el sacerdote Nemo Castelli en las redes sociales, quien, utilizando información del Servicio Jesuita de Migrantes, explicó lo que se va a analizar en Marruecos. Hizo notar también la paradoja de que el gobierno chileno, que ha promovido una migración “ordenada, segura y regular”, lo mismo que propone el mismo título del “Pacto Global por una Migración ordenada, segura y regular” de la ONU, no quiera firmar el pacto internacional.
La cumbre a realizarse el 10 y 11 de diciembre tiene como objetivo hacer que los procesos migratorios sean más seguros y dignos. Se espera que participen más de 180 países.