Portugal recibe a líder chino; riesgo de molestar a aliados
LISBOA (AP) — Mientras algunos gobiernos poderosos de la Unión Europea están intranquilos por la posibilidad de que China aumente su control en la crítica infraestructura energética y de transporte del bloque, una de las economías más pequeñas del occidente de Europa está aprovechando la oportunidad a manos llenas.
El presidente de China, Xi Jinping, inició el martes una visita de Estado en Portugal y a su llegada fue recibido con todos los honores militares. Su visita de 24 horas en Lisboa, la capital del país, ha aumentado la esperanza del gobierno de que Beijing invierta fuertemente en el mayor puerto del país en el océano Atlántico y ayude a expandir en el extranjero la empresa energética nacional, Energías de Portugal.
Para Portugal, que en 2011 estaba al borde de la bancarrota y tuvo que ser rescatado por sus socios de la eurozona de 19 países, más inversiones chinas le ayudarán a recuperar su estabilidad económica.
Sin embargo, otros en Europa, como Francia, tienen dudas serias acerca de que Portugal se adhiera a la iniciativa china conocida como “Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda”, que busca unir Asia y Europa y más allá, señalando que la estrategia de Beijing podría ayudar a fracturar el bloque europeo.
España, vecino de Portugal, se negó la semana pasada durante la visita de Xi a firmar un memorándum de entendimiento que manifestaba el interés de unirse al acuerdo.
Sin embargo, el ministro portugués de Exteriores, Augusto Santos Silva, dijo que Lisboa está "muy interesada" en el plan multimillonario de préstamos para infraestructura, cuyo objetivo es contribuir a la "Nueva ruta de la seda".
Además, el presidente portugués Marcelo Rebelo de Sousa dijo en un comunicado que la visita de Xi ilustra cómo ambos países "han sido capaces de aprovechar toda la ventaja del enorme potencial de su sociedad estratégica". Adicionalmente, el primer ministro, Antonio Costa, dijo que su gobierno no obstaculizará la ambición de China de tomar mayor control en el servicio energético nacional, del cual ahora tiene 23,27% de participación.
Xi no se mostró menos entusiasta. Firmó un artículo de 1.500 palabras el domingo en el portugués Diario de Noticias, saturado de elogios para la vibrante economía y cultura de su país anfitrión. Dijo que Portugal podría ser una voz amistosa para Beijing en la UE.
China y Portugal, escribió, "unidos deben avanzar en la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda".
La UE no es la única que presiona a Portugal por sus cercanos vínculos con Beijing. Washington, a través de su embajador en Lisboa George Glass, ha expresado desaprobación ante la posibilidad de que el tercer proveedor más grande de energía limpia en Estados Unidos _una compañía controlada por Energías de Portugal_ caiga en manos chinas.
En años recientes, el impacto de la inversión China en Portugal ha crecido a unos 12.000 millones de euros (13.700 millones de dólares), según la embajada china. China comenzó a comprar bienes en el sur de Europa, como en Italia y Grecia, durante la crisis financiera de la eurozona, cuando los gobiernos carentes de efectivo se abalanzaron sobre el dinero chino.
En Portugal, las compañías chinas se hicieron de importantes participaciones en bancos, seguros, atención médica, medios y la aerolínea nacional.