Análisis: Trump muestra que puede moderarse en cumbre de G20
WASHINGTON (AP) — Si ha habido una constante en los tumultuosos primeros dos años del presidente Donald Trump en el cargo, es que sus viajes al extranjero han tendido a estar llenos de drama.
El presidente irrumpe en las reuniones internacionales como un toro que rompe las reglas, trastorna las alianzas y revoca las políticas tradicionales de Estados Unidos. Sin embargo, en la cumbre del G20 de este año, Trump pareció encontrarse cómodo entre los demás gobernantes mundiales.
Un rápido viaje de dos días a la Argentina vio a Trump alcanzar una tregua en la disputa comercial con China y firmar un nuevo tratado de libre comercio con México y Canadá. Con poco espectáculo público, se sumó a los líderes de los estados miembro del G20 en el tradicional comunicado grupal.
Se mostró amistoso con sus aliados tradicionales y evitó a los personajes controversiales. Ante la agresión de Rusia en Ucrania, canceló su reunión con Vladimir Putin. Y cuando el expresidente estadounidense George H.W. Bush falleció, Trump hizo unas declaraciones respetuosas y canceló lo que podría haber sido una conferencia de prensa escandalosa.
En suma, para el mandatario a menudo indisciplinado, el viaje a la nación sudamericana fue un inusual momento de serenidad.
La elección de Trump como presidente de Estados Unidos obligó a que el mundo apuntara a movimientos populistas y los impactos de la globalización. En los primeros dos años de su presidencia, ha rechazado bruscamente el compromiso internacional debido a lo que considera como un enfoque único sobre los intereses nacionales de Estados Unidos.
Las relaciones públicas y privadas con los líderes mundiales durante sus 48 horas en Argentina demostraron que Trump tiene la capacidad para moderarse. Y otros mandatarios, por su parte, mostraron una aceptación a regañadientes del estilo poco tradicional de Trump.
Difícilmente haya abandonado de repente su visión del mundo basada en “Estados Unidos primero”. Pero en lugar de enfrentarlo a cada rato, los demás mandatarios aparentemente se adaptan a Trump, conscientes de que los acuerdos multilaterales son más débiles sin Estados Unidos.
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Miller informó en Buenos Aires.