Sismos consecutivos dañan caminos en Alaska
ANCHORAGE, Alaska, EE.UU. (AP) — Terremotos consecutivos de magnitud 7,0 y 5,7 dañaron el viernes edificios y carreteras de Anchorage y zonas aledañas, provocando que las personas salieran a las calles y desencadenando brevemente una alerta de tsunami para las islas y zonas costeras aledañas.
No se registró ningún maremoto ni se presentaron reportes inmediatos de muertes ni heridos graves.
El epicentro del primer terremoto, el más poderoso, se registró a unos 12 kilómetros (7 millas) al norte de Anchorage, la ciudad más grande del estado con unos 300.000 habitantes, indicó el Servicio Geológico de Estados Unidos. Mucha gente salió corriendo de sus oficinas o se guareció debajo de los escritorios. Minutos después se registró una réplica de 5,7, seguida de varios movimientos de menor magnitud.
“Nos aferramos el uno al otro. Ni siquiera era posible ponerse de pie”, dijo Sheila Bailey, quien estaba trabajando en la cafetería de una escuela secundaria al momento del terremoto. “Sonó y se sintió como si la escuela se estuviera desbaratando”.
Un gran tramo de una rampa de salida de una carretera cercana al aeropuerto de la ciudad se desplomó, dejando varado a un automóvil en una estrecha isla de pavimento rodeada de profundas grietas en el concreto. Varios vehículos chocaron en una importante intersección en Wasilla, al norte de Anchorage, durante el terremoto.
El jefe de policía de Anchorage, Justin Doll, dijo que se le informó que partes de la Autopista Glenn, una vía panorámica que recorre el noreste entre granjas, montañas y glaciares “desaparecieron por completo”. El tránsito en los tres carriles para salir de la ciudad iba sumamente lento y quedó prácticamente detenido la tarde del viernes, mientras que los vehículos de emergencia transitaban por el arcén.
Las sacudidas destrozaron ventanales, derribaron objetos de repisas, abrieron grietas en un edificio de dos pisos en el centro de Anchorage, interrumpieron el servicio eléctrico e inhabilitaron los semáforos, causando problemas de tránsito. El terremoto provocó que un hombre fuera arrojado de la tina.
Todos los vuelos en el aeropuerto fueron suspendidos durante horas luego que el sismo cortó el servicio telefónico y obligó a evacuar la torre de control. El oleoducto Alaska _ de 1.290 kilómetros (800 millas) de longitud_ también fue cerrado mientras se enviaban trabajadores a inspeccionar los daños.
Las clases fueron canceladas en Anchorage y se les pidió a los padres que recogieran a sus hijos mientras las autoridades examinaban las escuelas en busca de fugas de gas y otros daños.
Sadie Blake, de 15 años, y otros miembros de su equipo de lucha de la escuela secundaria Homer estaban dentro de un gimnasio escolar en Anchorage para un torneo cuando las gradas comenzaron a estremecerse y se fue la luz. La gente comenzó a descender en medio de la oscuridad, intentando salir del lugar.
“Era un gimnasio lleno de gritos”, dijo la responsable del equipo, Ginny Grimes.
Cuando terminó, Sadie dijo que hizo lo único que podía hacer: “Comencé a llorar”.
Jonathan Lettow esperaba junto a su hija de 5 años y otros niños a que llegara el autobús escolar cerca de su casa en Wasilla cuando comenzó el terremoto. Los niños se tendieron en el piso mientras Lettow intentaba mantenerlos tranquilos.
“Es una de esas cosas en las que te pones a pensar ‘De acuerdo, ya va a terminar,’ y te lo repites tantas veces en la cabeza que finalmente piensas, ‘de acuerdo, tal vez esto no acabe’”, comentó.
Poco después de que finalizó el temblor llegó el autobús escolar y los niños abordaron, pero el conductor se detuvo en un puente y se rehusó a cruzar debido a las profundas grietas en el camino, dijo Lettow.
La exgobernadora de Alaska Sarah Palin tuiteó que su casa se dañó: “Nuestra familia está intacta, la casa no. Me imagino que es lo mismo con muchas otras personas”. Publicó un video dentro de la vivienda de sus padres en el que se veían platos rotos por todo el suelo de la cocina. Una enorme cornamenta parecía haberse caído de un muro de la sala.
El gobernador Bill Walker emitió una declaratoria de desastre. Estaba en el elevador de un rascacielos de Anchorage y dijo que el descenso fue “un viaje duro”. Indicó que tomará más de una o dos semanas reparar los caminos dañados por el sismo.
“Es mucho más grave”, afirmó en conferencia de prensa.
Walker dejará el cargo el lunes, y dijo que miembros del equipo del gobernador electo, Mike Dunleavy, han participado en las labores de respuesta para garantizar una transición sin problemas.
El 27 de marzo de 1964, Alaska fue sacudida por el terremoto más fuerte en la historia de Estados Unidos, centrado a unos 120 kilómetros (75 millas) al este de Anchorage. El sismo de 9,2, con duración de cuatro minutos y medio, y el subsecuente tsunami cobraron 130 vidas.