Tensión por aranceles ensombrece firma de nuevo TLCAN
BUENOS AIRES (AP) — Los mandatarios de México, Canadá y Estados Unidos firmaron el viernes un nuevo pacto comercial trilateral, que el presidente Donald Trump describió como un triunfo importante para los trabajadores. Pero las tensiones causadas por los aranceles, los inminentes despidos en General Motors y las dudas sobre las posibilidades de que el Congreso apruebe el tratado, ensombrecieron el momento.
El Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) tiene el objetivo de reemplazar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que se mantuvo en vigencia durante 24 años y al que Trump se refirió con frecuencia como un “desastre”. Los mandatarios firmaron el nuevo pacto en el marco de la cumbre del G20 en Buenos Aires después de dos años de negociaciones, las cuales por momentos fueron espinosas. El acuerdo aún debe ser ratificado por el Congreso de sus respectivos países.
“Ha sido una batalla, y las batallas a veces generan grandes amistades, así que es realmente fabuloso”, dijo Trump antes de posar junto al primer ministro canadiense Justin Trudeau y el presidente de México Enrique Peña Nieto, este en su último día de gobierno, para firmar las tres copias del tratado.
El siguiente paso del acuerdo comercial de América del Norte es la aprobación del Congreso. Eso podría resultar una tarea complicada en Estados Unidos, en especial ahora que los demócratas — y no los republicanos de Trump — controlarán la Cámara de Representantes a partir de enero. Los demócratas y sus aliados en el movimiento obrero ya comenzaron a exigir cambios.
Horas después de la firma, el líder demócrata en el Senado Chuck Schumer dijo que el acuerdo debe tener mayores protecciones laborales y ambientales para recibir el apoyo mayoritario del Congreso y “debe mostrar que beneficiará a las familias de clase media y trabajadora”.
La líder demócrata en la cámara baja Nancy Pelosi — quien busca convertirse en la presidenta de la Cámara de Representantes el próximo año — opinó: “El acuerdo conocido anteriormente como Prince, no, digo, como TLCAN, es una obra en construcción”.
De cualquier forma, Trump expresó confianza. “Está tan bien revisado que no preveo que haya muchos problemas”, afirmó.
Trump describió el T-MEC como un acuerdo comercial sin precedentes. Pero la mayoría de las empresas simplemente están aliviadas de que conserva, en gran parte, el statu quo establecido por el TLCAN: un bloque comercial regional que permite que los productos viajen libres de impuestos entre los tres países. Durante las negociaciones, Trump amenazó en repetidas ocasiones con retirarse del acuerdo, lo que hubiera afectado a las compañías que han creado una complicada cadena de suministro que traspasa las fronteras de las tres naciones.
El nuevo acuerdo realiza algunos cambios en la manera de hacer negocios en América del Norte. Actualiza el pacto comercial para reflejar el incremento de la economía digital desde que el TLCAN original entró en vigor hace casi un cuarto de siglo. Le da a los productores de lácteos de Estados Unidos un poco más de acceso al protegido mercado canadiense.
El cambio más importante se centra en la industria automotriz. El nuevo acuerdo alienta a las compañías a invertir o expandirse en Estados Unidos y Canadá, y no así en México, donde los salarios son más bajos, al requerir que el 40% de un automóvil se fabrique en lugares en donde los obreros ganen al menos 16 dólares la hora; de otra forma, esos vehículos no podrán recibir los beneficios fiscales que provee el T-MEC.