Análisis: Disminuye el uso de la fuerza en frontera de EEUU
EL PASO, Texas, EE.UU. (AP) — Agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ubicados cerca de la ciudad mexicana de Tijuana enfrentaban una decisión frente a una multitud de migrantes que incluía a hombres que lanzaban piedras y niños descalzos: ¿hay que usar la fuerza, y si es así, de qué tipo?
Las circunstancias del domingo en el cruce fronterizo de San Ysidro eran excepcionales, pero no la interrogante que los agentes encaraban en ese momento. Es una decisión de una fracción de segundo que más bien suele hacerse en zonas remotas del desierto, lejos de las cámaras, donde los agentes probablemente andan solos y se topan con grupos de personas que ingresaron al país en forma ilegal.
La reacción de los agentes —lanzar gas lacrimógeno a la multitud— suscitó una indignación generalizada y reavivó las quejas de que la Patrulla Fronteriza, alentada por el discurso amenazador del presidente Donald Trump, recurre con rapidez a medidas violentas, en particular cuando enfrenta a personas que lanzan piedras.
Sin embargo, el uso de la fuerza por parte de oficiales y agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) está disminuyendo desde su nivel más alto en el año fiscal 2013, según estadísticas oficiales. Hay algunas excepciones de alto perfil, como el caso en el que agentes fronterizos mataron a balazos a una guatemalteca de 19 años que cruzó en mayo la frontera cerca de Laredo.
“Ha habido avances, en especial en lograr que los agentes tengan mejor adiestramiento y mejor equipo”, declaró Josiah Heyman, profesor de la Universidad de Texas en El Paso y director del Centro para Estudios Interamericanos y Fronterizos. “Cuando me puse a estudiar esto por primera vez, la mayoría de los agentes portaban una pistola y una porra. No tenían opción de utilizar ninguna otra cosa”.
Las armas de fuego fueron usadas en 45 ocasiones en el año fiscal 2013 en comparación con 17 en 2017, según estadísticas de la CBP. En los primeros 11 meses del año fiscal 2018, las armas de fuego se utilizaron en 14 ocasiones. Las estadísticas incluyen a los agentes de la Patrulla Fronteriza que recorren los diversos cruces fronterizos, y los agentes que cuidan esos puntos.
En esos 11 meses, hubo 743 casos de agentes y oficiales que utilizaron una fuerza menos letal, como garrotes, pistolas aturdidoras, gas lacrimógeno y atomizadores de pimienta.
Aunque las cifras definitivas no están disponibles, representan una disminución respecto a 2013 durante el gobierno de Barack Obama, cuando se registraron 1.168 incidentes de uso de la fuerza en grado menos letal, incluidos 27 relacionados con gas lacrimógeno y 151 con atomizadores de pimienta, según las estadísticas. El uso de medidas menos letales se ha incrementado en los últimos dos años, pero siguen siendo menos casos que en 2013.
Debido a las quejas por el uso excesivo de la fuerza, la CBP dispuso se efectúe una pesquisa a cargo del Foro de Investigación Policial Ejecutiva, un grupo de investigación y de políticas policiales. La auditoría de 2013 puso de relieve problemas que incluían agentes que patrullaban a pie sin acceso a opciones menos letales. En la investigación se recomendó que no se permitiera a los agentes utilizar la fuerza mortal frente a personas que lanzaran piedras, propuesta que fue rechazada.
Después de esas investigaciones, Aduanas y Protección Fronteriza revisó las políticas y aplicó cambios importantes en el adiestramiento. Los agentes efectúan simulacros en escenarios reales en la academia y aprenden a reducir la tensión en situaciones delicadas. Reciben 64 horas de capacitación sobre el uso de la fuerza en el lugar de trabajo.
Algunos sectores, como El Paso, tienen un simulador virtual de la realidad. Las pantallas gigantes octagonales instaladas en una plataforma simulan un encuentro en el desierto en el que los agentes deben decidir si utilizan sus armas de fuego. El escenario está diseñado para causar tensión, y los agentes son obligados a pensar con rapidez o correr el peligro de que los baleen, los atropellen o los alcance alguna pedrada. Después del simulacro, examinan las reacciones con los oficiales instructores y practican para mejorar sus reacciones en el futuro.
“El desierto es un ambiente muy difícil, peligroso y desestructurado”, dijo Aaron Hull, jefe de la Patrulla Fronteriza en el Sector El Paso. “Estamos tratando de mantener a salvo a nuestros agentes. Intentamos proteger la seguridad de nuestras comunidades, y a toda la gente implicada”.
Chuck Wexler, jefe del foro de investigación policial, dijo que la agencia se había tomado en serio las recomendaciones. “También cuando tienen un incidente, tienen un mejor proceso de revisión”.
En su defensa del uso de gas lacrimógeno aunque hubiera niños, Trump afirmó que es “muy seguro”, una “forma muy menor” de irritante. Sin embargo, funcionarios de la CBP tienen previsto efectuar una investigación para determinar si se justificó esa acción y qué podría hacerse mejor, si es que (es posible mejorar) algo”, señaló el comisionado Kevin McAleenan.