Algunas familias separadas en EEUU siguen detenidas
PHOENIX (AP) — Media docena de familias que fueron separadas en la frontera con México siguen detenidas en Texas meses después de reencontrarse con sus hijos.
Los activistas por los derechos de los inmigrantes dicen que el gobierno ha violado un antiguo acuerdo legal que le prohíbe detener a niños más de 20 días en instalaciones sin licencia para alojamiento de menores, como es el caso del Centro Residencial para Familias del Sur de Texas.
Ese centro de detención en Dilley, Texas, retuvo a unas 40 familias por cuatro meses tras las reagrupaciones ordenadas por la corte. Unas 30 familias fueron puestas en libertad la semana pasada.
“Seguimos sufriendo porque no quieren liberarnos”, dijo Wendy, una salvadoreña que llegó a Estados Unidos en mayo junto con su hija de 9 años.
Wendy, que pidió no se publicara su apellido por temor a su seguridad, fue separada de su hija y no volvió a verla sino casi dos meses después. The Associated Press habló con ella en septiembre, y se desconoce si ya fue liberada.
Muchas familias habían pasado meses separadas después de que el gobierno del presidente Donald Trump implementó una política de cero tolerancia que requiere que cualquiera que haya cruzado la frontera ilegalmente enfrente cargos penales. En consecuencia, los padres tenían que presentarse ante un tribunal mientras sus hijos eran trasladados a albergues para inmigrantes menores de edad en todo el país.
La política llegó a su fin a principios de año luego de que estalló una ola de indignación mundial, pero las familias cuyos padres no aprobaron su primera revisión al solicitar asilo siguen detenidas junto con sus hijos.
El Acuerdo Flores, alcanzado hace décadas, determina cuánto tiempo puede el gobierno mantener a niños en instalaciones que operan sin licencia. En general, la norma ha sido que los menores no pueden estar detenidos más de 20 días.
En entrevistas con The Associated Press, las familias detenidas en Texas dijeron estar desesperadas y que sus hijos están traumatizados.
Una mujer dijo que ella y su hija se enfermaban con frecuencia durante la temporada de lluvias porque los funcionarios del centro de Texas no les permitían quitarse la ropa mojada. Los dormitorios en Dilley son al aire libre.
Dani Bennett, portavoz del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), dijo que esa agencia se toma muy en serio la salud, la seguridad y el bienestar de los migrantes a su cargo. Indicó que el ICE proporciona atención médica integral, incluyendo enfermeras, asesores de salud mental, doctores, cuidado dental y atención de emergencias las 24 horas.
“De conformidad con nuestro compromiso con el bienestar de los que están custodiados por la agencia, el ICE gasta más de 250 millones de dólares anuales en el abanico de servicios de atención médica proporcionados a los que están a nuestro cuidado”, afirmó Bennett en un comunicado.
Las familias que siguieron detenidas mucho después de la reagrupación con los hijos son solicitantes de asilo que no aprobaron lo que se conoce como entrevista de “miedo creíble”, el primer paso en el proceso. Un agente de asilo entrevista a los que solicitan refugio sobre por qué huyeron de su país y, si pueden demostrar que tienen un miedo creíble a regresar, se les concede una audiencia ante un juez de inmigración.
Un juez federal le ordenó al gobierno que les permita a esas familias volver a ser entrevistadas después de que abogados demandaron, diciendo que los padres no aprobaron la revisión inicial debido al estrés extremo de que les hubieran quitado a sus hijos.
“En cada paso del proceso, el gobierno realmente se ha tomado su tiempo”, dijo Katy Murdza, coordinadora de defensa legal en CARA Pro Bono, que proporciona servicios legales a cientos de familias detenidas en Dilley. “Mientras tanto, a estos niños se les hace más y más daño”.
Bennett, la portavoz del ICE, indicó que el tiempo promedio de una estadía en el centro en Texas es de 17 días. Dijo que la duración de la estancia de algunas familias podría ser mayor a 20 días dependiendo de las circunstancias individuales, como los que tienen órdenes finales para ser deportados de Estados Unidos. Muchas de las familias que han sido detenidas mucho tiempo enfrentan ese tipo de órdenes.
Sin embargo, probablemente recibirán otra oportunidad para permanecer en el país, debido al acuerdo que les permitió a ellos o a sus hijos presentarse a otra entrevista inicial.
“Estar detenido es muy traumatizante”, afirmó Murdza. “Comenzamos a ver una regresión en el comportamiento, orinarse en la cama, negarse a ser separado (de los padres) para ir a la escuela”.