El Talibán se reúne con enviado estadounidense en Catar
ISLAMABAD (AP) — El Talibán ha sostenido tres días de conversaciones con el enviado estadounidense Zalmay Khalilzad en Catar, donde el grupo insurgente afgano tiene una oficina política.
Sin mencionar directamente las conversaciones en Catar, Khalilzad dijo el domingo en conferencia de prensa en la capital afgana Kabul que "estoy hablando con todas las partes interesadas, con todos los grupos afganos... y creo que hay una oportunidad para la reconciliación y la paz”.
"El gobierno afgano quiere la paz”, expresó. "El Talibán dice que no cree que podrá lograr sus objetivos por la vía militar y que prefiere que los problemas que restan se resuelvan por vías pacíficas, por vía de las negociaciones políticas”.
El gobierno estadounidense parece ahora decidido a llegar a un acuerdo con el Talibán y ha cedido a varias demandas del grupo, como por ejemplo la realización de negociaciones directas. El Talibán se niega a sostener conversaciones con el gobierno afgano, al que considera un mero títere de Estados Unidos.
Entretanto Pakistán ha dejado en libertad a varios cabecillas talibanes que mantenía presos, entre ellos al cofundador del grupo, mulá Abdul Ghani Baradar. Se considera que Estados Unidos es el orquestador de tales medidas para animar al Talibán a participar en negociaciones.
Un representante talibán y otra persona cercana al grupo confirmaron las conversaciones el domingo, que tienen como objetivo renovar el proceso de paz afgano y, eventualmente, terminar con la guerra más larga de Estados Unidos. Hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados para comentar sobre las negociaciones.
Informaron que Khairullah Khairkhwa, el ex gobernador talibán de Herat, y Mohammed Fazl, un ex jefe militar talibán, asistieron a las conversaciones maratónicas. Ambos estuvieron en la prisión militar estadounidense en Guantánamo.
Los talibanes controlan casi la mitad de Afganistán y llevan a cabo ataques casi a diario contra las fuerzas de seguridad locales y funcionarios del gobierno.
Khalilzad se declaró “cautelosamente optimista” en cuanto a la posibilidad de un acuerdo de paz, al que prefirió tildar de “un mapa hacia el futuro de Afganistán”.
Enfatizó que será asunto de los afganos decidir el contenido de ese mapa incluyendo cómo quedarán consagrados los derechos civiles, los derechos de las mujeres y el sistema judicial.