La proyección nacional de Beto O???Rourke, rival de Ted Cruz
EL PASO, Texas, EE.UU. (AP) — Considerado un candidato de relleno sin esperanzas de pelear la banca de Ted Cruz en el Senado nacional, Beto O’Rourke es hoy un verdadero fenómeno del Partido Demócrata, que ha destrozado los récords de recaudación para campañas electorales y empieza a ser mencionado como posible candidato a la presidencia dentro de dos años.
Pero, ¿le alcanzará esto para doblegar, o al menos sacar un caudal grande de votos contra Cruz en un estado profundamente conservador como el de Texas?
El resultado de esta dura contienda podría determinar quién controla el Senado. Los dos afirman que la enorme cantidad de votos adelantados que se ha registrados es un dato positivo para ellos. Las cifras de los 30 condados más grandes ya superan el total de las elecciones de mitad de término del 2014.
Representante que estuvo tres períodos en la cámara baja y que alguna vez integró una banda de rock punk, O’Rourke era un casi total desconocido fuera de El Paso antes de lanzar su candidatura al Senado en lo que parecía una empresa imposible. Ningún demócrata gana una banca texana en el Senado nacional desde 1988 y ningún político de ese partido conquista un cargo electivo estatal desde 1994.
Pero O’Rourke visitó los 254 condados y atrajo multitudes más grandes que lo esperado, incluso en áreas muy conservadoras. Predicando una mezcla de optimismo y bipartidismo, se negó a suavizar sus posturas liberales, incluido su llamado hacerle un juicio político a Donald Trump, despenalizar la marihuana, crear un seguro de salud único, restringir la venta de armas y suavizar algunas políticas inmigratorias.
“Mi confianza se basa en la gente de Texas”, declaró O’Rourke a la prensa el lunes por la noche, momentos antes de presentarse en un estridente acto con una banda de mariachis en la Universidad de Texas, en El Paso, a pocas cuadras de su casa. “Todo parece indicar, a juzgar por la participación que hemos visto hasta ahora, que mañana (martes) tendremos un gran día”.
Cruz cree que es imposible que O’Rourke lo derrote. La encuestas de hace un par de meses indicaban que su rival estaba a tiro, pero las más recientes señalan que Cruz mantiene una leve delantera. O’Rourke, no obstante, está muy cerca, lo que es algo totalmente inesperado para el candidato más conservador y popular de un estado profundamente conservador.
La contienda dejó en claro que hay muchos conservadores molestos con Cruz porque se negó a apoyar a Trump en las elecciones presidenciales del 2016 después de que ambos tuvieran fuertes encontronazos en las primarias republicanas. Cruz, sin embargo, ha pasado a ser uno de los principales defensores de Trump en la actualidad y el mandatario se presentó en un gran acto suyo en Houston hace dos semanas para asegurarle el voto conservador.
“Llegó la hora de elegir. Llegó la hora de actuar. Sabemos que la extrema izquierda está enojada. Que está revitalizada”, declaró Cruz el lunes. “Están furiosos y odian al presidente. Y eso es peligroso”.
Mientras que Cruz se apoya en la Casa Blanca, O’Rourke se ha enfocado en movilizar a los jóvenes, a los texanos de la frontera con México y a los residentes que vinieron hace poco de otros estados.
Pase lo que pase, O’Rourke es hoy una estrella a nivel nacional del Partido Demócrata, que ha recibido donaciones de todo el país y triturado los récords de recaudaciones con fines electorales. Tan solo entre julio y septiembre, por ejemplo, recaudó más de 38 millones de dólares.
O’Rourke asegura que no piensa en la presidencia, pero el propio Cruz, quien no oculta su deseo de volver a postularse cuando se vaya Trump, destacó que su rival figura como uno de los diez demócratas mejor ubicados para buscar la presidencia en el 2020 y que eso refleja lo liberal que es.