Centros de votación empiezan a cerrar en este de EEUU
WASHINGTON (AP) — En el este de Estados Unidos, los centros de votación empezaban a cerrar la noche del martes, mientras la energía e indignación de la resistencia demócrata se enfrentaba a la fuerza bruta del Partido Republicano del presidente Donald Trump, en una lucha por controlar el Congreso y legislaturas a lo largo y ancho del país.
La recaudación de fondos, las encuestas y la historia no estaban del lado del presidente. Sin embargo, dos años después de una elección que demostró que las encuestas y pronósticos estaban equivocados, un aire de incertidumbre — y tormentas en algunas partes del país — se posaba sobre el resultado de las elecciones, desde Florida hasta Alaska, y todo el territorio entre ellos.
Los centros de votación en seis estados cerraban a las 19:00 EST (0000 GMT), incluidos los territorios fuertemente disputados de Georgia, Indiana y Kentucky, y en la mitad del país cerrarían para las 20:00 EST (1000 GMT).
El senador de Vermont Bernie Sanders ganó su tercer mandato en un momento en que considera buscar de nuevo la candidatura demócrata para la presidencia. Otros prospectos para las elecciones del 2020 incluyen a la senadora de Massachusetts Elizabeth Warren, la senadora de Nueva York Kirsten Gillibrand y el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo.
Los ansiosos republicanos expresaron en privado confianza en que mantendrán su estrecha mayoría en el Senado, pero temían perder la Cámara de Representantes. También estaban en riesgo las importantes gubernaturas de Florida, Georgia y Wisconsin.
“Todo lo que hemos logrado está en juego”, declaró Trump en su último día de campaña.
Las largas filas y máquinas descompuestas obstaculizaron los comicios en algunos distritos, incluidos algunos en Georgia, donde los votantes reportaron esperar hasta tres horas para votar en una reñida contienda para la gobernación. Más de 40 millones de estadounidenses ya han votado, ya sea en persona o por correo, superando los récords de votación adelantada en 37 estados, según un análisis de The Associated Press.
Casi 40% del electorado salió a votar para expresar su oposición al presidente, y uno de cada cuatro dijeron que votaron para expresar su apoyo a Trump, según AP VoteCast, una encuesta nacional del electorado.
Dicha encuesta indica que casi dos terceras partes dijeron que Trump fue el motivo por el cual votaron.
En general, 6 de cada 10 votantes dijeron que el país no iba por buen camino, pero aproximadamente la misma proporción calificó de excelente o buena la economía nacional.
De los encuestados, 25% dijeron que la atención médica e inmigración son los temas más importantes en estas elecciones.
Trump motivó a los votantes a considerar la primera elección a nivel nacional de su presidencia como un referendo a su liderazgo, haciendo énfasis en el crecimiento económico durante sus mítines.
Hizo una fuerte apuesta a un mensaje de cierre xenofóbico, en el cual advirtió de una “invasión” inmigrante que prometía propagar crímenes violentos y drogas en el país. Varias televisoras, incluida la favorita del presidente, Fox News Channel, sacaron del aire un anuncio de campaña de Trump la víspera de la elección porque su caracterización de un inmigrante asesino llegó demasiado lejos.
La popularidad del presidente, de 40% según Gallup, es la menor para el primer mandato de cualquier presidente estadounidense en la era moderna. Tanto Barack Obama como Bill Clinton estaban 5 puntos por arriba en el mismo periodo, y ambos sufrieron fuertes derrotas en las elecciones legislativas de 63 y 54 escaños de la cámara baja respectivamente.
Los demócratas necesitan recuperar dos docenas de bancas el martes para lograr la mayoría en la Cámara de Representantes y dos para el Senado.
Los 435 escaños de la Cámara de Representantes estaban en la contienda, aunque menos de 90% se consideraban reñidos. Otras 35 curules del Senado están en juego, así como casi 40 gubernaturas y el balance de poder en prácticamente toda legislatura estatal.
Trump pasó el jueves en la Casa Blanca tuiteando, haciendo llamadas, monitoreando las contiendas y reuniéndose con su equipo político.
Él y la primera dama serán anfitriones de una reunión de seguimiento para familia y amigos. Se espera que asistan el vicepresidente Mike Pence y el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, un asesor extraoficial del presidente.
Los demócratas, cuya relevancia en la era Trump depende de hacerse con al menos una de las cámaras del Congreso, se centraron en la atención médica y predijeron triunfos que romperían el monopolio republicano en Washington y en los gobiernos estatales.
Los riesgos políticos y prácticos eran elevados.
Los demócratas podrían dar un giro a la agenda legislativa de Trump en los próximos dos años si obtienen control de la Cámara de Representantes o el Senado. Probablemente más importante, podrían tener poder para investigar las posibles faltas profesionales y personales de Trump.